El Obispo de Posadas, Mons. Juan Rubén Martínez, afirmó que no debe entenderse la vocación exclusivamente como el llamado al sacerdocio o a la vida consagrada, sino que “todos tenemos una vocación” para poner al servicio de los demás.
El Prelado explicó que todas las personas tienen una vocación particular que se plenifica cuando “nos permite ser colaboradores de Dios y constructores del mundo con nuestro trabajo y servicio”.
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La vocación entendida como “llamado de Dios y misión”, es “en definitiva lo que nos permite que toda tarea y no sólo el hacer, sino el mismo ser de una persona, sirva al bien común. Hoy más que nunca necesitamos gente de vocación y la comprensión que cada vida tiene una razón de ser”, expresó el Obispo.
Sin embargo –agregó–, “la vida contemporánea entre tantas dificultades y circunstancias, llevan muchas veces a trabajar o estudiar sólo pensando en una salida laboral o bien ‘en lo que se pueda’, sin tener suficientemente en cuenta las capacidades personales”.
“Es triste encontrarse con profesionales o dirigentes sociales, docentes, abogados, políticos, sindicalistas... o lo que fuere, que ejercen tareas, sin tener ninguna vocación que los mueva. Cuando pasa esto, ellos mismos terminan no siendo felices con lo que hacen y muchas veces lo hacen mal o sólo buscan rédito económico o bien obtener alguna forma de poder y lo peor, en general, no sirven a los demás, sino que se sirven de lo que hacen para su solo beneficio”, explicó el Prelado.
Por otro lado, Mons. Martínez agradeció que “algunos jóvenes de nuestra diócesis sientan el llamado a la vida sacerdotal y consagrada, llamados a entregarse sin reservas personales a Dios, para servir a los hermanos”.