El Arzobispo Emérito de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, cuestionó si acaso el "crimen abominable" del aborto es el regalo que el gobierno del presidente Alberto Fernández quiere dar a los argentinos en esta Navidad.
"El gobierno socialdemócrata y seudoperonista se ha empeñado en la legalización del aborto. Al escribir esta nota, la Cámara de Diputados de la Nación ya aprobó el proyecto de liquidación de los niños por nacer por 131 votos contra 117; después de esa media sanción debe pronunciarse el honorable Senado. ¿Será el regalo de Navidad que esa mayoría de ateos bautizados, que constituye el gobierno, quiere ofrecer al pueblo argentino?", cuestionó el Prelado en su columna titulada "Crimen abominable", enviada a ACI Prensa.
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Mons. Aguer explicó que la expresión "crimen abominable" fue usada por los obispos que participaron en el Concilio Vaticano II, el evento eclesial más importante del siglo XX realizado en la década de 1960 en Roma.
"Los Padres Conciliares enseñaron: La vida, desde su concepción, ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables. En el original latino se lee, textualmente: Nefanda sunt crimina", indicó Mons. Aguer.
En su opinión, "la cita conciliar suena brutal, con la brutalidad de la verdad en un mundo regido por el Padre de la mentira", pero "posee una fuerza intrínseca que es capaz de sacudir las conciencias de los hombres y mujeres de buena voluntad".
Tras comentar que hay esperanza en Argentina para que el Senado no apruebe el aborto a fines de este mes, el Arzobispo criticó al ministro de salud, Ginés González García, de quien dijo que "no pierde las mañas: ahora, para combatir el aburrimiento a causa de la cuarentena, ha recomendado el sexting. ¡Parece mentira! Es este un modelo eximio de la seriedad de la política argentina".
El sexting, que proviene de las palabras sex (sexo) y texting (envío de mensajes de texto) puede definirse como tomarse fotos, hacer videos o audios, o dejar que otros lo hagan, con algún tipo de contenido sexual.
El Prelado dijo que el ministro González García es "médico y especialista en sanidad. Aquí ha fracasado rotundamente en la gestión de la pandemia, sobre la cual se contradijo repetidas veces, y no pudo evitar infinidad de contagios y muertes".
Mons. Aguer recordó además que el ministro dijo hace poco que "el fruto de la concepción no es una vida humana, sino un fenómeno, aunque no explica de qué. Según el diccionario, fenómeno equivale a apariencia, cosa extraordinaria y sorprendente, persona o animal monstruoso. ¿Se trata en su caso de ignorancia, o ideologizada mala fe? No puede negar que la embriología desarrollada durante el siglo XX ha establecido claramente que el 'fenómeno' de la concepción es un ser humano, con un ADN distinto del de sus progenitores, y que ya desde el primer instante es varón o mujer".
El 1 de diciembre el ministro calificó de "fenómeno" a los bebés en el vientre materno y luego aseguró que el aborto sería el "mayor genocidio universal" de la historia si hubiesen dos vidas en juego.
"El inefable Ginés ha dicho que si el 'fenómeno' fuera un ser humano, el aborto sería un genocidio. Lo es, y él se anota en la lista de los aspirantes a genocidas", denunció el Prelado argentino.
Luego de comentar que en el confesionario ha escuchado a mujeres que sufren mucho a causa del síndrome post aborto, el Arzobispo dijo que en este tema hay también una faceta sociológica que "se manifiesta en las concentraciones para reclamar la ley que habilite la liquidación de los niños por nacer; los rostros y las vestimentas muestran que se trata de una reivindicación de la burguesía".
"No se ven pobres en ellas; las mujeres pobres consideran una riqueza al hijito, por lo general independientemente del modo como ha sido concebido. Poseen el auténtico sentido de la vida humana. Da pena la posición abortista de los partidos de extrema izquierda, que no entienden a los pobres, y se suman a la estrategia de la burguesía", destacó.
Mons. Aguer recordó asimismo que "el Mesías de Israel, y Salvador de todos los hombres, Nuestro Señor Jesucristo, fue un niño por nacer, engendrado virginalmente por María Santísima; es Dios y hombre verdadero, como reza la verdad central de nuestra fe".
"Este misterio nos mueve a contemplar con devota admiración el hecho de la generación humana, y el silencioso crecimiento de la nueva criatura en el seno materno, desde el instante de la concepción. El Hijo eterno de Dios quiso nacer en el tiempo como nacen los hombres, solo que fue engendrado sin intervención de varón, por la acción del Espíritu Santo", subrayó.
El Arzobispo Emérito de La Plata también dijo que en la Biblia se puede ver que "la sangre inocente derramada reclama una intervención punitiva de Dios". "No me parece arbitrario aplicar estas realidades bíblicas a la oportunidad siniestra que vive nuestro país; resulta patético confrontarlas con la algarabía manifestada por tantas jóvenes ataviadas con símbolos verdes en la Plaza del Congreso, al votarse la ley. ¡Si hubieran pensado en la sangre de los niños abortados!".
El Prelado lamentó luego que actualmente entre los adolescentes y jóvenes se ha exacerbado "la curiosidad o la obsesión por el placer como un fin en sí mismo", con lo cual la sexualidad no se entiende correctamente, cuando lo que debe hacerse es enseñarla de manera integral en el marco del respeto a todas las personas.
"En esa reducción fisiologista de la sexualidad el amor es, a lo sumo, un ingrediente afrodisíaco, no el medio de un encuentro personal. La diversión de los chicos suele ser un ejercicio ritual en sitios donde no falta el alcohol, y muchas veces la droga; los medios de comunicación dan cuenta regularmente de los 'femicidios' que se cometen a la salida de esos 'boliches'.
El aborto no es un derecho
Mons. Aguer dijo también que "en estos días se reclama el reconocimiento de un derecho a liquidar a los niños por nacer. Ese nefando delito nunca puede ser un derecho".
"Por lo contrario, el derecho humano primordial, base de todos los otros, es el derecho a la vida, a crecer bajo el corazón de la madre después de haber sido engendrado; más aún, el derecho a vivir en una familia unida y en un ambiente moral que favorezca el desarrollo de la propia personalidad".
El Arzobispo escribió asimismo que "el aborto es un triste fenómeno, una forma de desesperación".
"Además no es posible dejar de señalar la mendacidad del gobierno: afirman que se realizan varios millares por año de abortos clandestinos (han llegado a fantasear quinientos mil), y pretenden transformarlos en legales, seguros y gratuitos; ¿cómo podría asumirlos un sistema sanitario destruido, al borde del colapso?".
Para concluir, Mons. Aguer se dirigió a los senadores "que se reconocen católicos. Un criterio fundamental afirma la conexión entre el orden legal y el orden moral".
"Cuando en ámbitos y realidades que implican exigencias éticas insoslayables se proponen decisiones legislativas y políticas contrarias al orden natural y a los valores cristianos, la conciencia bien formada no puede adherir a ellos, y contribuir de ese modo a la deshumanización de la vida social y de las instituciones que deben resguardarla", dijo el Prelado.
"Corresponde que con sinceridad y valentía se opongan a los grupos ocultos de poder que se valen de una concepción relativista e inmoral de la democracia, para instaurar un desorden subversivo contra la dignidad de la persona humana. Los acompaño con mis oraciones", concluyó.