La Plaza de San Pedro del Vaticano acogió, un año más, la tradición de la bendición realizada por el Pontífice de los "Bambinelli", las estatuillas del Niño Jesús que se colocarán en el Pesebre el día de Navidad.

Desde hace 50 años, es tradición que el Tercer Domingo de Adviento, el Papa bendiga desde la ventana de los apartamentos pontificios del Palacio Apostólico las estatuillas que portan los fieles congregados para rezar con el Santo Padre el Ángelus dominical.

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El Papa Francisco cumplió hoy, domingo 13 de diciembre, esa tradición y, al finalizar el rezo del Ángelus dominical, se dirigió a los miembros del Centro Oratorios Romanos, organizadores del evento, presentes en la plaza, y bendijo las estatuillas del Niños Jesús.

"Este año estáis pocos aquí debido a la pandemia, pero sé que muchos niños y jóvenes se han reunido en los oratorios y en sus casas y que nos siguen a través de los medios de comunicación", explicó el Papa Francisco antes de la bendición.

"A cada uno de vosotros dirijo mi saludo y bendigo las estatuillas de Jesús, que se colocarán en el pesebre, signo de esperanza y de alegría. En silencio, hago la bendición de los Bambinelli: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo".

Finalmente, invitó a que "cuando recéis en casa ante el Pesebre con vuestros familiares, dejaos atraer por la ternura de Jesús niño, nacido pobre y frágil en medio de nosotros para darnos su amor".