El Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Antonio Cañizares, consideró que el Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia Católica española ha sido “malinterpretado”, y aseguró que la revolución sexual aparece en dicho documento como “un factor pero no el único de la violencia de género”.
En el documento recientemente publicado “se dice cómo entiende la Iglesia la sexualidad, que no es en un sentido reflexivo ni negativo, todo lo contrario. Se señala también algunos aspectos sobre la revolución sexual que han conducido, ciertamente, a una desvalorización de la sexualidad en toda su belleza y en toda su humanización. La revolución sexual se cita como un factor pero no el único de la violencia de género, pero que en no pocos casos tiene que ver con esa misma destrucción”, aseguró Mons. Cañizares.
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Con respecto a la laicidad del Estado, el Arzobispo de Toledo incidió en la necesidad de que España sea un Estado laico pero no laicista. “La laicidad no es laicismo, no es otra cosa que el respeto de todas las creencias por parte del Estado. Un respeto que debe asegurar el libre ejercicio de las actividades de culto, espirituales, culturales, caritativas y magisteriales de las comunidades religiosas”, señaló.
“Un Estado laico no es lo mismo que un Estado laicista, es un Estado aconfensional, tal y como garantiza la Constitución, donde cabemos todos, donde podamos expresarnos dentro de la unidad y la comunicación de todos los ciudadanos”, explicó.
El Prelado explicó que lo que la Iglesia le pide al Estado español es que no se reduzca a “una simple tolerancia” sino que se inspire en “el reconocimiento, el respeto y la justa valoración de los derechos religiosos”. “Lo que se le pide es que sea aconfesional y, consiguientemente, respete lo que en las distintas religiones se enseñe conforme a su propio credo moral”, agregó.
Por último, afirmó que la familia, sustentada “en la base del matrimonio indisoluble de una mujer con un hombre”, es uno de los aspectos fundamentales “para el futuro de la sociedad”, por lo que consideró apropiado que los partidos políticos se involucren en su defensa y apoyo.