El viernes 4 de diciembre, Mons. Pierbattista Pizzaballa, realizó una entrada solemne en la Basílica del Santo Sepulcro y tomó posesión de su Sede como Patriarca Latino de Jerusalén.
El Patriarcado Latino de Jerusalén informó que la ceremonia, así como ha sucedido en ocasiones previas a lo largo del 2020, se limitó a muy pocos participantes y funcionarios debido a lo que podría convertirse en una tercera ola de COVID-19 en azotar el país.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"No puedo dejar de experimentar sentimientos de miedo ante una misión que excede mis capacidades. Pero acepto esta nueva obediencia, que deseo cumplir con alegría. Sin duda, es una cruz, sino una cruz que lleva fruto de la salvación cada vez que se abrazó con alegría", dijo el Patriarca Pizzaballa.
"La Cruz del Hijo de Dios, levantada a solo unos metros de aquí, ha dado sentido a todas las cruces del mundo", agregó.
Con una máscara facial y una mitra de obispo, el nuevo Patriarca Latino de Jerusalén ingresó en la Iglesia del Santo Sepulcro, que contiene la tumba de Cristo y el lugar de la crucifixión. Le seguían en procesión el clero y un grupo de laicos.
Luego, oró en la tumba de Cristo antes de ofrecer algunos comentarios durante la ceremonia, que se transmitió en vivo.
"Aquí estamos, frente a la tumba vacía de Cristo, el corazón de nuestra fe y de nuestra comunidad cristiana. Es una tradición aquí en nuestra Tierra, que al comienzo de un nuevo camino eclesial, nos unimos en este Lugar Santo, para recordar la Pascua en cualquier época del año litúrgico. No hay comienzo, no hay iniciativa eclesial, no hay proyecto que pueda existir fuera de la experiencia pascual", dijo el Patriarca Pizzaballa.
Agregó que "'celebrar la Pascua' significa dar la vida por amor". "Y esto es particularmente cierto para nuestra Iglesia en Jerusalén, que tiene esta vocación y misión específicas de vivir a la luz de la Pascua".
"Nos enfrentamos a enormes problemas económicos y sociales, agravados aún más por la pandemia en curso. Esperamos poder decir una palabra clara y pacífica sobre la política, que a menudo es frágil y miope, pero que pesa mucho en la vida de todas nuestras familias", dijo Mons. Pizzaballa.
El Patriarca vive en Medio Oriente desde 1990. El italiano se trasladó a Tierra Santa poco después de su ordenación sacerdotal como franciscano para estudiar teología bíblica en el Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén.
Luego se desempeñó como Vicario del Patriarca Latino de Jerusalén para el cuidado pastoral de los católicos de habla hebrea en Israel, y supervisó la publicación del Misal Romano en hebreo en 1995.
Anteriormente, había sido Custodio de Tierra Santa y Guardián del Monte Sión desde mayo de 2004 hasta abril de 2016. Fue nombrado administrador apostólico sede vacante del Patriarcado Latino de Jerusalén el 24 de junio de 2016.
El Papa Francisco lo nombró nuevo Patriarca Latino de Jerusalén en octubre de 2020. En noviembre, Mons. Pizzaballa viajó a Galilea y la llanura de Sharon para encomendar su misión a la oración de las órdenes religiosas contemplativas en Tierra Santa.
El Patriarca regresó a la Iglesia del Santo Sepulcro en la mañana del 5 de diciembre para ofrecer su primera Misa Pontificia.
"No puedo dejar de experimentar sentimientos de miedo ante una misión que supera mis capacidades. Pero acepto esta nueva obediencia, que deseo cumplir con alegría. Ciertamente es una cruz, pero una cruz que da fruto de salvación cada vez que se la abraza con alegría", dijo Mons. Pizzaballa.
Finalmente, hizo un llamado de oración a los fieles por su nueva misión: "Queridos hermanos y hermanas, los invito a orar por mí y por nuestra amada Iglesia en Jerusalén, para que pueda liderarla, servirla y amarla con un corazón indiviso".
"Desde este Lugar Santo, el Señor Resucitado repite las palabras que dirigió a las mujeres el día de la Resurrección: 'No temáis; ve y dile a mis hermanos '… Estas son las palabras de Cristo Resucitado y deben resonar siempre en nuestro corazón. No estamos solos, ni somos huérfanos, no debemos tener miedo. Estamos seguros de que el Señor Resucitado una vez más nos llenará de Su Espíritu Santo y nos hará testigos valientes de Su amor en Su Tierra", añadió.