El Arzobispo de Montreal (Canadá), Mons. Christian Lépine, se disculpó luego de que un reciente informe señaló que la Arquidiócesis de Montreal falló en varias oportunidades al no abordar las quejas sobre la mala conducta de un ahora ex sacerdote, hasta que se descubrió que habría estado involucrado en abuso sexual de menores de edad.
El 25 de noviembre se publicó un informe elaborado por la jueza jubilada de la Corte Superior de Quebec, Pepita G. Capriolo, por encargo de la Arquidiócesis de Montreal. En el documento, Capriolo investigó el manejo arquidiocesano de los reclamos por la mala conducta del entonces sacerdote diocesano Brian Boucher, y elaboró recomendaciones para mejorar su gestión.
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Frente a ello, el Arzobispo de Montreal se disculpó con las víctimas y acogió "con humildad y con un profundo sentimiento de pesar" las más de 30 recomendaciones presentadas en el documento de 276 páginas.
"En nombre de la Iglesia Católica en Montreal y hablando por mí personalmente, deseo decirles a las víctimas, a sus seres queridos y a sus comunidades parroquiales cuánto lamentamos que hayan experimentado los efectos de actos criminales tan terribles, que nunca deberían ocurrir, nunca ", dijo el Arzobispo Christian Lépine cuando se publicó el informe de 276 páginas el 25 de noviembre.
El ahora ex clérigo diocesano Brian Boucher fue ordenado sacerdote en 1996 y trabajó en 10 iglesias de Montreal desde principios de la década de 1980. En enero de 2019, Boucher fue declarado culpable de agresión sexual contra un menor de edad en un caso y en otro caso, se le declaró culpable de agresión sexual a otro menor. Luego, fue sentenciado a ocho años de prisión.
Según informa CBC News, Capriolo dijo en una conferencia de prensa del 25 de noviembre que "lo que más me impactó fue el pasar la responsabilidad". Según la investigación, "la necesidad de proteger la reputación de Boucher parecía primordial", añadió.
En diciembre de 2015, la Arquidiócesis de Montreal había retirado las facultades sacerdotales de Boucher después de enterarse de una "presunta conducta impropia".
En octubre de 2016, se inició el juicio canónico con Mons. Lépine designado como juez; sin embargo, el juicio se suspendió cuando en marzo de 2017 se presentaron cargos penales contra Boucher, y luego, después de su condena, se reanudó el proceso canónico. En marzo de 2019, Mons. Lépine emitió su sentencia: Boucher fue destituido del estado clerical.
Para su investigación, Capriolo tuvo acceso independiente a cientos de documentos y entrevistó a todas las personas que consideró relevantes que sumaron más de 60 testigos. Además, hizo 31 recomendaciones para ayudar a prevenir el abuso por medio de la mejora de la responsabilidad, la transparencia y la rendición de cuentas.
Capriolo culpó a la Arquidiócesis por una "falta de responsabilidad" y explicó que "las quejas [contra Boucher] se 'transmitieron' [a la arquidiócesis] y nadie se responsabilizó de actuar en consecuencia". Además, señaló que en ocasiones faltaban documentos clave.
Explicó que con el Cardenal Jean-Claude Turcotte, Arzobispo de Montreal de 1990 a 2012, hacer trizas documentos era "una práctica bien conocida". También culpó a "una cultura del secretismo, que reinó en la Iglesia durante el período que abarca esta investigación", por provocar "la desaparición de documentos importantes y la falta generalizada de rastro documental".
Según CBC News, el informe señala que el Cardenal Marc Ouellet, que sirvió como rector del seminario cuando Boucher era seminarista, y el difunto Cardenal Turcotte se encontraban entre los que estaban informados de algunas de las malas conductas anteriores de Boucher.
"Hasta 2016, nadie se había presentado y afirmado haber sido víctima de abuso sexual de Boucher cuando aún era menor de edad", dice el informe. "Ningún sacerdote había presentado jamás un cargo semejante contra Boucher ante sus superiores. Pero, esto no es motivo de exoneración prematura de las autoridades eclesiásticas", agrega.
En el informe se indica que Boucher tenía un historial de repetidas quejas sobre su idoneidad que se remontan a su tiempo en el seminario. Su comportamiento incluyó rudeza, autoritarismo y agresividad verbal y física. Se le observó "tener una relación muy estrecha y preocupante con un niño a fines de la década de 1990", pero la denuncia no generó ninguna investigación.
En un incidente diferente, durante una gran tormenta de hielo en 1998, Boucher pasó una noche fumando cannabis y bebiendo alcohol con un estudiante mexicano de 18 años, que huyó de la rectoría sin sus zapatos después de que el sacerdote realizara un acto de avance sexual. En 2003, el sacerdote tuvo una relación abusiva con un joven de 19 años, y si bien Boucher fue enviado a tratamiento psicológico, no se tomó ninguna medida disciplinaria.
En 2011, cuando Boucher estaba listo para ser reelegido como pastor, un alto funcionario de la Iglesia escribió un resumen detallado de sus fallas para detener el nombramiento. Sin embargo, "el funcionario se fue de licencia por enfermedad prolongada y Boucher fue nombrado nuevamente", indica el informe.
Boucher luego afirmaría ser víctima de abuso sexual por parte de un sacerdote mucho más joven, lo que resultó en una investigación más exhaustiva en 2015 después de que se descubrió que él era el perpetrador y no la víctima. El entonces Obispo Auxiliar, Mons. Thomas Dowd, realizó la investigación que concluyó que había "al menos dos niños víctimas".
Entre las recomendaciones de Capriolo están la creación de una función de defensor del pueblo externo para investigar la conducta de los sacerdotes en cada etapa de su carrera. También, se indica que todas las quejas deben archivarse en un registro común para la arquidiócesis y que todos los archivos del personal del clero deben guardarse en un solo lugar y con una "gestión rigurosa y sistemática" de los archivos secretos arquidiocesanos.
Señala que la Arquidiócesis debe crear "un organigrama claro y bien definido de responsabilidad con autoridad delegada" que esté acompañado por el poder de sancionar. En ese sentido, todos los problemas de comportamiento abusivo, no solo el abuso sexual de menores, deben ser remitidos inmediatamente a un comité asesor, aconsejó Capriolo.
Señaló que se debe brindar apoyo legal y psicológico a las víctimas y realizar una auditoría externa anual sobre cómo se implementan las recomendaciones del informe. También, acordó copresidir un comité de implementación con Mons. Lépine y otros miembros por anunciar y dijo que la implementación podría finalizar en otoño de 2021.
"Ha logrado una tarea difícil, en circunstancias difíciles, sobre un tema muy difícil. Estamos en deuda contigo", le dijo Mons. Lépine a Capriolo. "Damos la bienvenida a las conclusiones de su informe con humildad y con un profundo sentimiento de pesar, y nos comprometemos a actuar con decisión para evitar que tales situaciones vuelvan a ocurrir", agregó.
El Prelado dijo que los cambios ya habían comenzado con la política del Ministerio Pastoral Responsable de la Arquidiócesis. Dijo que la gente necesita acercarse a la Iglesia Católica con confianza y seguridad.
"El objetivo no es señalar con el dedo, sino descubrir las brechas y deficiencias en nuestras estructuras y políticas, para que podamos hacer los cambios necesarios", dijo.
La Arquidiócesis de Montreal publicó el informe Capriolo en su sitio web. A principios de 2021, comenzará una auditoría estadística de los archivos diocesanos que datan de 1940. Su objetivo es recopilar denuncias de abuso sexual de menores por parte de clérigos.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.