El primer Obispo de la nueva diócesis de Irapuato, Mons. José de Jesús Martínez Zepeda, aseguró a la prensa que más allá de la separación entre la Iglesia y Estado establecida por ley, ambas instituciones tienen convergencias en las que pueden trabajar.
En declaraciones a la prensa, Mons. Martínez señaló que “si bien nuestras leyes establecen una separación entre la Iglesia y el Estado para tener mayor libertad en el ejercicio de nuestras tareas, eso no obsta que tengamos convergencias”.
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“La principal convergencia que podemos entender, es el bien común, en los diversos campos. El bien común en todos sus aspectos es un trabajo que yo estoy dispuesto a impulsar y a colaborar desde mi propio campo, para el desarrollo de las personas y su bienestar”, agregó.
“Ambos (el Estado y la Iglesia) buscamos la verdad y tenemos dos fuentes de esta verdad: La luz natural de la razón, hasta donde el hombre puede con sus propias fuerzas alcanzar, ver, descubrir los proyectos del Señor; y la fuerza natural de la razón, donde la Iglesia tiene también otro punto de vista que es el del Creador, es decir, del Autor del hombre”, explicó.
“No es que la verdad no sea única, que se contraponga, sino que ilumina, esclarece, propone ámbitos del conocimiento y de la verdad y orienta nuestro caminar”, agregó.
Sobre su nueva misión en Irapuato y su relación con las autoridades de Guanajuato, el Obispo se comprometió a dialogar para proponer nuevos puntos de vista “desde la Revelación, pues no es que haya muchas verdades, hay una verdad, y nos aproximamos a ella desde diversos aspectos y la verdad dicen que es polifónica, muchas voces que se conjuntan para poder descubrir y acercarnos a la verdad”.
Mons. Martínez agregó que “la misión del obispo es la misión de la Iglesia. El obispo es puesto para que, anunciando la Verdad de Cristo, y en torno a la Eucaristía, congregue a las comunidades. La Verdad de la Revelación ilustra y nos ilumina sobre la naturaleza de la persona, del mundo, de la sociedad, y es necesario esclarecerlo en las circunstancias concretas, aplicarlo a nuestras realidades”.
Refiriéndose a su trabajo en Irapuato, indicó que su tarea será “buscar que la verdad del Evangelio ilustre la naturaleza de la persona humana, su riqueza personal, comunitaria, su misión en el mundo; ilustrarlos, dialogar con ellos a base de convencimiento, presentar experiencias que sean valiosas y que les permitan profundizar en esta fe, y luego saber que necesitamos manifestarlo con obras y ante el reto y las circunstancias más desafiantes de la sociedad contemporánea, la exigencia de coherencia, de testimonio, de fe, tiene que ser más claro y más directo”.
unir fuerzas y privilegiar los intereses de la nación