Al finalizar la 121ª Asamblea Plenaria y a pocos días de comenzar el tiempo de Adviento, los Obispo de Chile alentaron a "un gran esfuerzo para renovar la esperanza" y pidieron que quienes elaboren la nueva Constitución plasmen en ella los valores humanos y democráticos por el bien del país.
En el mensaje difundido este 25 de noviembre, los obispos abordaron "los momentos intensos" que "afectan y comprometen a las personas y sus familias" debido a la "compleja situación sanitaria, económica, social y política y en un relevante proceso constituyente marcado por el gran anhelo de una sociedad más justa y equitativa".
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Los obispos se refieren al plebiscito nacional realizado el 25 de octubre en el que el 78,27% votó por la redacción de una nueva Constitución.
Ese proceso sería el comienzo de un debate de la sociedad en su conjunto que permita sentar las bases para alcanzar en los próximos años políticas públicas acorde a las demandas de la ciudadanía, las que dieron origen al llamado "estallido social".
Sin embargo, las manifestaciones que fueron aumentando en violencia contra la propiedad privada y los bienes públicos, no han cesado debido al enfrentamiento entre los manifestantes y la policía.
De otro lado, en el sur de Chile se dan actos de violencia, que incluso ha cobrado la vida de personas.
"Persisten situaciones de violencia sostenida, con especial impacto en mujeres y menores de edad, en sectores de escasos recursos prisioneros por el narcotráfico, y en la herida permanente que sangra en la región de la Araucanía", precisaron los obispos.
Eso sumado al "trato denigratorio en el debate político y la debilidad de liderazgos solo avivan el encrispamiento de la vida social".
"No podemos dejar que la agresión y el amedrentamiento se impongan como forma legítima de convivir", sostuvieron los obispos de Chile.
Una gran mayoría se expresó en las urnas de forma pacífica, así que "lo que nos corresponde a todos es ayudar a que el camino trazado se realice en paz y limpiamente", indicaron.
Quienes están al servicio de la política, "en sus diversas expresiones, reciben un mandato que es sobre todo de servicio al bien común de la sociedad, y ello exige abrirse al diálogo sincero y franco".
"También en la Iglesia, nosotros como pastores, aportamos nuestra disponibilidad de escucha a lo que el Pueblo de Dios quiera manifestarnos", afirmaron.
Los cristianos "estamos llamados a participar en los asuntos relevantes de la comunidad".
Para ello y como "ha sucedido a lo largo de los siglos, pueblos diversos, entre ellos el nuestro, han sido iluminados por los valores y principios del Evangelio, especialmente el amor a Dios y al prójimo, la dignidad inalienable de todo ser humano, la justicia, la paz, el bien común y otros tantos valores muy apreciados".
"Confiemos en que los actores democráticamente elegidos por la ciudadanía sabrán traducir dichos valores en una Carta fundamental, en leyes y en decisiones que respeten valores humanos para el bien de todos", manifestaron.
Los Obispos de Chile alentaron a "un gran esfuerzo para renovar la esperanza" y comenzar el tiempo de Adviento con sencillez y humildad.
De esa forma, vivir la vida en similitud al nacimiento de Jesús, como una Navidad "austera, honesta, afectuosa. Así queremos nuestro Chile: humilde, generoso, fraterno", concluyeron.
La 121º Asamblea Plenaria se realizó en forma online en dos momentos: el primero entre el 9 y 12 de noviembre, el segundo los días 23 y 24 de noviembre.
En el encuentro se dialogó sobre la realidad del país, los diversos procesos emprendidos por la Iglesia en materia de solidaridad y los desafíos pendientes en materia de acompañamiento a víctimas de abusos e implementación de criterios para la prevención y la integridad en el servicio eclesial.
La nota de prensa de la Conferencia Episcopal de Chile destacó que la asamblea eclesial nacional organizada para este año y que se retrasó debido a la emergencia sanitaria, se realizará en 2022 "con la finalidad de poder ser una cabal expresión de sinodalidad y participación laical".
Esa actividad es parte del "proceso de discernimiento hacia una renovación eclesial" iniciado en agosto de 2018 como consecuencia de la crisis de los abusos sexuales, de poder y de conciencia de algunos miembros de la Iglesia en Chile.