Mons. Celso Morga, Arzobispo de Mérida-Badajoz (España) manifestó su agradecimiento al personal sanitario y los capellanes de hospitales que han luchado contra el COVID-19 y subrayó la importancia de seguir las medidas de prudencia para evitar el contagio.
Ante la segunda ola de contagios de coronavirus que afronta España, se han implantado nuevas medidas restrictivas y, según precisa el Prelado, "está el temor de colapso por parte del sistema sanitario, que ve con preocupación cómo aumenta el número de personas que necesitan ingreso hospitalario y, dentro de éstas, cómo suben también los ingresos en las unidades de cuidados intensivos de nuestros hospitales".
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También aseguró que "ante esta pandemia volvemos a ser conscientes de que no podemos vivir solos, aislados, de espaldas a los demás" y apunta que esto también lo recuerdan "las autoridades sanitarias para que mantengamos precauciones, tanto por nosotros como por los demás a los que en un momento dado podamos contagiar".
Algo que se concreta especialmente en la responsabilidad de los jóvenes, a quienes pidió "un plus de solidaridad con sus padres, sus abuelos y el resto de la población que es más vulnerable al coronavirus y que sufren con mayores y más graves consecuencias, el padecimiento de esta enfermedad".
De hecho, el Prelado apunta que en Extremadura, región donde se encuentra la diócesis de Mérida-Badajoz, 1 de cada 3 nuevos positivos de COVID-19 es menor de 30 años y la edad media de los enfermos ha bajado de los 62 años a los 42.
Por eso Mons. Morga recuerda que "todos hemos de aceptar y asumir la responsabilidad que nos compete en esta hora tan difícil desde el punto de vista sanitario y económico".
El Arzobispo también agradeció el trabajo de los agentes sanitarios "que arriesgan su vida por cuidar la nuestra: médicos, enfermeros, celadores, farmacéuticos, conductores de ambulancias, limpiadoras de hospitales y centros de salud…
"Solo desde una vocación bien fraguada y un compromiso sin fisuras puede entenderse esa entrega", apuntó y lamentó que hayan disminuido las muestras públicas de agradecimiento hacia ellos que manifestábamos durante el confinamiento.
También reconoció el trabajo de los capellanes hospitalarios "que asumen un riesgo importante y encuentran más dificultades para acompañar en la fe y consolar espiritualmente a tanta gente en los momentos dolorosos y finales de la vida. Ningún esfuerzo quedará sin recompensa delante de Dios".