El nuevo director general de Salud Pública de la Generalitat de Cataluña, Antoni Plasencia, apostó ayer por hacer “más accesible” el preservativo en el ámbito educativo y de ocio de los adolescentes... aunque aún teme la reacción de los padres de familia.
Sin precisar si promoverá la instalación de máquinas expendedoras de preservativos en los institutos, afirmó estar a favor de aplicar esta medida si se logra “el máximo consenso” en la comunidad educativa y sanitaria.
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El funcionario del actual gobierno socialista de Cataluña fue premeditadamente ambiguo en sus declaraciones al tener en cuenta la polémica que originó este mismo asunto hace dos años. Entonces, el Ejecutivo catalán, en manos del partido Convergencia y Unión (CiU), anunció una encuesta entre los institutos sobre la conveniencia de colocar máquinas de preservativos en los centros. Sin embargo, finalmente el sondeo no se llevó a cabo por el rechazo que expresaron muchas entidades como asociaciones de padres, más de 30 organizaciones católicas y el Partido Popular (PP).
Así, Plasencia se mostró partidario ayer de la instalación de los citados expendedores en el máximo de espacios “que sean aceptados”. “Debemos facilitar el acceso a las herramientas que eviten relaciones sexuales no protegidas, aunque generando el máximo consenso con los colegios y los responsables de los centros de ocio de los adolescentes”, afirmó.
Organizaciones pro-familia de Cataluña han anticipado que estarán “en alerta” para proteger el derecho de los padres de familia a decidir sobre el tipo de información que reciben sus hijos en las escuelas y en sus lugares de ocio.