Este 16 de noviembre, el presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF), Mons. Éric de Moulins-Beaufort, y representantes de otras religiones, se reunieron con el primer ministro francés, Jean Castex; y con el ministro del Interior, Gérald Darmanin, para estudiar una posible reapertura de los cultos en medio del presente contexto sanitario por la pandemia de la COVID-19.
Durante la reunión, el primer ministro reiteró que en este momento, debido al estado de emergencia sanitaria y a la medida de confinamiento que atraviesa Francia, no se puede autorizar ningún tipo de agrupación de personas y que esto vale también para las celebraciones religiosas.
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Sin embargo, Jean Castex confió al ministro del Interior para que trabaje con los representantes religiosos los protocolos necesarios para que las actividades litúrgicas se puedan retomar a partir del 1 de diciembre, si las condiciones sanitarias lo permiten.
La reunión de este lunes correspondía a la agenda de trabajo que el Consejo de Estado Francés había propuesto después que algunas asociaciones de fieles y obispos apelaron a finales de octubre al juez del Consejo de Estado, señalando que la libertad de cultos es una libertad fundamental.
El Consejo de Estado respondió que, si bien es una libertad fundamental, debe ser conciliada con el imperativo de protección de la salud y del bien común. Por lo tanto, el juez ratificó que durante este periodo de pandemia no se puede ejercer públicamente el culto, incluido las Misas con fieles, hasta que los casos de contagio no disminuyan.
Francia atraviesa por un segundo momento de emergencia sanitaria ligada a la pandemia de la COVID-19. Para afrontar esta crisis, el Gobierno tomó declaró un nuevo confinamiento del 30 de octubre al 1 de diciembre.
Esta decisión implicó la limitación de los desplazamientos y el cierre de todos los establecimientos, excepto las escuelas y el comercio de primera necesidad. Las actividades religiosas y el culto son considerados por el Estado como actividades no indispensables para la vida de la nación, por lo que se prohíbe todo tipo de reunión en los templos, aunque estos pueden seguir abiertos para el recogimiento interior de quienes se acercan a orar de manera personal.
Durante el fin de semana fieles y sacerdotes realizaron en varias ciudades de Francia "oraciones en la calle" y manifestaciones en las que se gritaba "Queremos la Misa". En algunos lugares, especialmente en París, estas reuniones fueron impedidas por las autoridades por ir contra las medidas para evitar los contagios por coronavirus.
La Conferencia Episcopal Francesa, en cabeza de Mons. de Moulins-Beaufort, subrayó el anhelo de los fieles por retomar las celebraciones religiosas. Además, presentó hoy un protocolo sanitario detallado para que las otras actividades pastorales presenciales sean autorizadas, como la catequesis, capellanías y acogida de los feligreses en los lugares de culto.
Por su parte, el primer ministro reiteró la voluntad del Gobierno francés para obtener las mejores condiciones sanitarias para el tiempo de Navidad.