El Papa Francisco recordó el aniversario del armisticio que puso final a la Primera Guerra Mundial el 11 de noviembre de 1918 y pidió que esta conmemoración sea "un instrumento de paz y reconciliación".
Al finalizar la Audiencia General de este miércoles, que presidió desde la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, el Pontífice se dirigió a los fieles de lengua francesa y explicó que "hoy en algunos países se celebra la memoria de aquellos que murieron en las guerras".
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"Que nuestra oración por todas las víctimas de la violencia en el mundo nos anime a ser instrumentos de paz y de reconciliación", fueron las palabras del Pontífice.
La Primera Guerra Mundial se libró en diferentes escenarios del mundo, aunque su principal campo de batalla fue Europa. Se desarrolló desde el 28 de julio de 1914 hasta el 11 de noviembre de 1918, fecha en que las potencias beligerantes firmaron el armisticio en la localidad francesa de Compiègne.
La guerra causó más de 9 millones de muertes entre los combatientes y más de 7 millones de víctimas civiles. Se saldó con la derrota de las potencias centrales, principalmente el Imperio Austrohúngaro, el Imperio Alemán, el Imperio Otomano y el Reino de Bulgaria, Estados todos ellos que desaparecieron tras la contienda.
Los países vencedores fueron, principalmente, Estados Unidos, que se convirtió en la potencia hegemónica mundial tras la guerra, el Imperio Británico, Francia y Bélgica, junto con sus aliados.
Otra de las consecuencias de la guerra fue la caída del Imperio Ruso y la Revolución Bolchevique con el ascenso al poder de los comunistas.
El principal escenario de la guerra fue Francia, donde se desarrolló con mayor crueldad la llamada "guerra de trincheras" y donde se desarrollaron mortíferas armas bélicas como las armas de gas venenoso. En Francia tuvieron lugar las históricas batallas de Verdún (que enfrentó a franceses y alemanes), y de Somme (que enfrentó a las tropas franco-británicas contra las alemanas).
En abril de 1917 Estados Unidos entró oficialmente en la guerra en apoyo de las fuerzas aliadas encabezadas por Francia y el Imperio Británico terminando de inclinar la balanza de la guerra en favor de los aliados.