La revista Bitter Winter, dedicada a la libertad religiosa y los derechos humanos en China, denunció que las autoridades del país asiático han prohibido la realización de matrimonios y funerales cristianos, así como los de otras religiones.
Uno de los lugares donde esto ha ocurrido, indicó la revista, ha sido el condado de Fengqiu, en la prefectura de Xinxiang, provincia de Hebei. En este lugar los matrimonios y los funerales cristianos se prohibieron en mayo de este año.
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El 1 de octubre, una joven pareja cristiana no fue autorizada a tener coro y músicos en su boda. Estas disposiciones se han aplicado en otras zonas de la provincia de Hebei, según indica la revista Bitter Winter, en una nota publicada pocos días antes de la renovación del acuerdo del Vaticano y China para la designación de obispos.
El 27 de agosto la policía irrumpió en un funeral en una casa de una persona de 73 años en el condado de Xinye. Una docena de policías en autos y motocicletas bloquearon la procesión fúnebre, encabezada por la familia que portaba una cruz en su camino hacia el cementerio.
Los agentes confiscaron pancartas que tenían escritos versículos de la Biblia y detuvieron a algunos de los asistentes. La policía dijo que los funerales religiosos están prohibidos, tomaron fotos de los arrestados y registraron su información personal antes de dejarlos en libertad.
En agosto una familia cristiana en la ciudad de Anyang invitó al coro y los músicos de su iglesia a cantar himnos tras la muerte de un miembro de su familia. Cuando las autoridades supieron de esto, amenazaron con arrestar a cualquier persona que asistiera al funeral. Por esa razón nadie asistió.
El 8 de mayo las autoridades penalizaron a una iglesia en Anyang por permitir que un coro y músicos asistieran a la boda de un miembro del grupo. Los oficiales reprendieron severamente al líder de la iglesia y ordenaron que se cerrara durante un mes.
Una mujer de unos 90 años había pedido que su funeral fuera cristiano pero la familia no pudo hacerlo por temor a las disposiciones del gobierno en la ciudad de Yanshi. "Mi madre siempre creyó en el Señor pero no pudo ver cumplido su último deseo", dijo entre lágrimas la hija de la fallecida.
Muchos cristianos en la ciudad de Ezhou también denunciaron que en la provincia de Hubei se han prohibido los funerales religiosos.
En agosto, un pastor y unos diez miembros de una iglesia asistieron a un funeral vestidos de blanco y portando pancartas, una tradición china para estas ocasiones. Sin embargo la policía llegó y dispersó a los asistentes.
"No quisimos desobedecer, sabiendo que las iglesias pueden ser demolidas por oponerse al gobierno", dijo el pastor a quien se le prohibió en enero asistir a otro funeral.
Estas restricciones también han afectado a personas de otras religiones. En la provincia de Liaoning en el noreste del país, un budista fue arrestado en abril y también en junio por cantar sutras (enseñanzas) para una persona fallecida. En ambas ocasiones fue acusado por "organizar privadamente un evento religioso".
Luego del segundo arresto las autoridades contrataron a unas 80 personas para demoler la casa del hombre donde la población se reunía para cantar a sus fallecidos. La policía confiscó todos los objetos propiamente budistas del domicilio. "Yo solo quería ayudar a la gente", dijo el hombre.