En una carta dirigida al Ministerio de Justicia, el Tribunal Interdiocesano de La Plata señaló que la doctora Carmen Argibay “carece de la idoneidad intelectual suficiente desde el punto de vista de la excelencia” para ocupar un cargo en la Corte Suprema de Justicia.
En el documento, el Padre Luis Escalante, presidente del tribunal, afirmó que en su currículum no existe ningún título de posgrado y tampoco ha defendido ninguna tesis, por tanto, se la llama “doctora”, por “el solo hecho de haber concluido la carrera de abogacía”, en donde no obtuvo “ninguna mención honorífica”.
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Luego, el Padre Escalante explicó que la doctora Argibay sólo es autora de un libro que data de 1969, cuando apenas contaba con 5 años como abogada. “Obviamente, el mismo no puede ser tomado como obra de la madurez de una jurista, por el año de su publicación”, agregó.
“No es mucho ni de gran calidad –continuó– lo publicado por Carmen Argibay que nos haga ver sus opiniones al menos recientes sobre algún tema jurídico”. Sin embargo, la “comprobación palmaria de su falta de excelencia son sus respuestas al cuestionario que se le remitió en diciembre de 2003 para conocer su postura sobre diversos cambios tendientes a mejorar la transparencia en la tarea de administración y superintendencia del máximo Tribunal de Justicia de la Nación”.
En efecto, el sacerdote sostuvo que “la nominada respondió en 32 palabras –algunas monosilábicas– a serias preguntas referidas a temas que pueden llegar a ser de decisión vinculante para toda la República”.
Asimismo, el presidente del tribunal afirmó que como docente nunca pasó del puesto de “adjunta” o “auxiliar” y no tuvo nunca a su cargo ninguna cátedra como titular en ninguna de las Universidad en las que trabajó.
Más adelante, el Padre Escalante resaltó que “Carmen Argibay carece de la necesaria equidad para juzgar causas que atañen a todo un pueblo, toda vez que ella ya ha tomado en su vida opciones muy definidas”.
Asimismo, “resulta extremadamente improcedente que una nominada para la Suprema Corte presente en su currículum vitae y en sus expresiones públicas una marcada ideologización o parcialización de criterios”.
“Entendemos que nadie puede impugnar la libertad de Carmen Argibay para militar en grupos feministas y sostener ideas y doctrinas privadas. Pero estamos frente a su nominación para un Cuerpo Colegial del cual dependerá en último grado el dictado de la Justicia en toda la República”, añadió.
“No es bueno –continuó– que uno de los jueces tenga tantos y tan claros antecedentes que hagan ver su falta de preparación jurídica y su volcado hacia opiniones particulares que hacen concluir su carencia de equidad a la hora de juzgar ecuánimemente”.
retire la propuesta de Argibay