Los Obispos del sur de España celebraron su asamblea ordinaria, en la que participaron los Prelados de las diócesis de Sevilla, Granada, Almería, Cádiz y Ceuta, Córdoba, Guadix, Huelva, Jaén y Málaga, y el administrador apostólico de Asidonia-Jerez.
Durante la celebración de la Asamblea ordinaria se ha hablado sobre el proceso de tramitación del Proyecto de Ley LOMLOE y sus posibles consecuencias.
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Según precisan "se trata de una Ley que, de salir adelante como está planteada, supone un modelo de escuela público, único y laico, que habría que llamar estatal, único y laicista, que daña los principios de libertad de enseñanza y de elección de los padres del modelo de educación para sus hijos, que nuestra Constitución recoge, y que quiebra los Acuerdos Iglesia-Estado".
Además recuerdan que "la asignatura de Religión queda aún más discriminada y gravemente amenazada en el currículo escolar".
Sobre la decisión del Congreso de los Diputados de continuar con la tramitación de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia, los Obispos del sur de España aseguran que se trata de "una Ley que es fruto de una visión reduccionista e individualista del ser humano".
"Nadie puede disponer de la vida de otro, ni siquiera de la suya propia, porque la vida es un don de Dios. La vida debe ser defendida desde su concepción hasta su fin natural", aseguran los Obispos.
Y además abogan por "un desarrollo de los cuidados paliativos que puedan llegar a todos, especialmente a los más frágiles e indefensos. Cuando una persona se siente atendida y querida no pide la muerte".
E insisten en que "la vida humana solo depende de Dios" y recuerdan "el rechazo de la Iglesia al aborto y consideran una muy mala noticia el anuncio hecho por el Gobierno de reformar la ley para ampliar y facilitar la posibilidad de acabar con la vida de un no nacido".
Esta Asamblea plenaria es la primera que se celebra en tiempo de pandemia y los obispos recordaron que la situación sanitaria está provocando un incremento del 77% de las demandas de ayuda a Cáritas por parte de familias vulnerables.
Los Obispos del Sur de España, según apuntan en un comunicado, "reconocen el sufrimiento que supone para muchos cristianos no poder participar presencialmente en las celebraciones litúrgicas, o hacerlo entre restricciones y temores, especialmente en el acompañamiento de los enfermos y de los difuntos".