En una carta al ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, doctor Gustavo Béliz, Mons. Antonio Baseotto, Obispo castrense y ex obispo de Añatuya, pidió que no se ponga como autoridad a la doctora Carmen Argibay, profesional “tan justamente cuestionada”, quien se declaró “atea militante” y a favor del aborto.
En su documento, Mons. Baseotto explicó que “se ha propuesto como candidata a ocupar un lugar como miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a una profesional que profesa públicamente que es ‘atea militante’. Siempre hemos tenido ateos en la Argentina, pero como una ínfima minoría. El pueblo (con todas las limitaciones humanas) es católico; y como tal se manifiesta. Es más: el catolicismo impregna la cultura de nuestro pueblo”.
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Luego, el Prelado advirtió que la abogada Argibay “va a militar para imponer el ateísmo, lo que no sólo es contrario a la Constitución Nacional, sino que va contra la cultura propia del pueblo. Ponemos en riesgo la identidad nacional y los valores que la constituyen”.
“Además dicha profesional se ha declarado a favor del aborto (con los eufemismos ya conocidos). El aborto propuesto como tema religioso y religioso católico, ha ido ganando espacio por la presión de los medios de comunicación social. Es un tema estrictamente biológico y antropológico”, agregó.
“El feto –continuó–, producida la fecundación, tiene su ADN propio que no es el mismo del padre ni de la madre. Se trata de una persona con la dignidad y derechos propios de una persona. No se trata de ‘algo’. Se trata de ‘alguien’”.
El Obispo castrense subrayó que “al negársele el primero de los derechos humanos, el derecho a la vida, estamos marginando a un sector de la sociedad: el inocente y que no tiene capacidad de expresarse. El aborto es un asesinato y una marginación. Y es como decía el filósofo español Julián Marías ‘La peor lacra del siglo XX’. Y ahora la queremos en el siglo XXI y en la Argentina”.