El Arzobispo Primado de México, Cardenal Carlos Aguiar Retes, celebró este 12 de octubre la tradicional "Misa de las Rosas", al cumplirse 125 años de la coronación pontificia de Nuestra Señora de Guadalupe concedida por el Papa León XIII.
La Misa de las Rosas se celebra en dos ocasiones durante el año. La primera es cada 12 de octubre y la segunda celebración es el 12 de diciembre, en la solemnidad de la Virgen de Guadalupe, recordando la última aparición de Santa María a San Juan Diego, y la aparición de su imagen en la tilma (manto) que hoy se conserva en su Basílica en Ciudad de México.
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Al presidir la Misa en la Basílica de Guadalupe, el Cardenal Aguiar Retes destacó que el sí de Santa María para la concepción de Jesús "es también la respuesta que espera el Señor de nosotros, especialmente cuando hemos discernido la Voluntad de Dios".
"Ciertamente el Señor no faltará a su promesa de concedernos la compañía del Espíritu Santo para llevar a cabo nuestras tareas", dijo.
"Pidamos a María, hoy que festejamos los 125 años de su coronación pontificia, que nos acompañe en este proceso que ella vivió con tanta intensidad, y aprovechemos la prolongación de un año más para seguir obteniendo, por concesión del Papa Francisco, la Indulgencia Plenaria en favor de nuestros difuntos, quienes seguramente lo agradecerán cuando lleguemos a la Casa de Dios, Nuestro Padre", añadió.
El Purpurado también bendijo los cientos de rosas que se regalaron a los asistentes a la Misa y que participaron, de acuerdo a un comunicado de la Arquidiócesis de México, "con estrictas medidas de seguridad sanitaria".
Actualmente la Basílica de Guadalupe, con una capacidad para 10 mil personas, solo permite el ingreso de 500 fieles para la celebración de la Misa.
Con la celebración de este 12 de octubre se tenía programado el fin del Año Jubilar Guadalupano-Plancartino concedido por el Papa Francisco en septiembre del año pasado. Sin embargo, a causa de las dificultades causadas por la pandemia de coronavirus COVID-19, el Santo Padre extendió la celebración por un año más.
De acuerdo al decreto del año jubilar, "el día que los fieles elijan, habiendo asistido al Santo Sacrificio, con verdadero espíritu de arrepentimiento y caridad, y participando en el Sagrado Rito, se les concede la Bendición Apostólica, con la correspondiente Indulgencia Plenaria, lucrada según las acostumbradas condiciones de confesión sacramental, comunión Eucarística y oración por las intenciones del Romano Pontífice".
La indulgencia plenaria se puede ganar para uno mismo o para un fiel difunto. Además de la participación de la Misa en la basílica, incluso a través de internet o los medios de comunicación, es requisito que los fieles cumplan tres condiciones: confesión de los pecados, recibir la Sagrada Comunión y orar por las intenciones del Papa.
El nombre del Año Jubilar incluye el título de "Plancartino" en homenaje al P. Antonio Plantarte y Labastida, quien fuera abad de la Basílica de Guadalupe en 1895 y, de acuerdo a la Arquidiócesis, "fue pieza clave para lograr la coronación pontificia de la Virgen y llevar a cabo de la mejor manera los propios festejos".