Numerosos peregrinos se encuentran desde ayer, viernes 9 de octubre, en la ciudad de Asís para asistir a la beatificación de Carlo Acutis este sábado. Estos días, Asís se ha convertido en una "Ciudad Eucarística", con diferentes iglesias del centro históricos dedicadas a la adoración de la Eucaristía.
En las calles de Asís se respira fiesta y oración; alegría y recogimiento en sintonía con el espíritu de San Francisco, que amaba festejar a Dios y a sus criaturas rezando y ensalzando al Señor.
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Carlo Acutis falleció de leucemia en 2006, cuando tenía 15 años, por lo que son muchas las personas que tienen muy vivo su recuerdo. Sobre todo en Asís, ciudad a la que Carlo tenía un fuerte apego y que frecuentaba con su familia.
Un vecino de la localidad, Francisco, de 80 años, recuerda perfectamente a Carlo cuando era pequeño. Habla de él a ACI Prensa con emoción. "Al principio, su tumba en Asís estaba junto a la de mi madre. Carlo es italiano y Asís es importante para nosotros. Mañana estaré en la Basílica para celebrarlo. Yo soy de Santa María de los Ángeles y acudiré al centro por él".
También narra sus recuerdos de Carlo el P. Roberto Gazzaniga, acompañante espiritual y encargado de la pastoral del Instituto León XIII, histórica escuela de la Compañía de Jesús en Milán, que recuerda a Carlo Acutis cuando era estudiante.
"Tengo el recuerdo de un joven de una amabilidad, un señorío y una delicadeza de ánimo verdaderamente notable. Carlo era un joven que destacaba no sólo por su gran inteligencia, sino por sus dotes naturales de sensibilidad que, sin embargo, no impuso a sus compañeros, sino que los proponía con gran naturalidad".
El P. Gazzaniga continúa: "Tenía pasión por la vida. Carlo, para nuestro centro educativo, fue un regalo. En las escuelas católicas se da una mayor rivalidad, una mayor competitividad, esto se sabe, pero nadie fue capaz de ensuciar a Carlo, algo extraordinario".
"A nadie le gusta estar a la sombra de los demás, sobre todo cuando se tiene 15 años. Pero la cortesía de Carlo era reconocida por todos. Estaba siempre dispuesto a estar cerca del que se quedaba atrás, con mucha madurez tendía la mano a sus compañeros, y esto no se le escapó a nadie".
"Cuando entraba en la escuela, por la parte de atrás y no por la puerta principal, siempre tenía la sensibilidad de saludar al portero. Es algo que ningún chico hacen con los auriculares en los oídos en estos tiempos. En cambio, Carlo era educado con esto. Hablaba mucho con el personal de la escuela".
"Yo le había pedido que hiciera un power point sobre voluntariado para los chicos del liceo, pero no tuvo tiempo de entregármelo. Cuando supe de su enfermedad fui rápidamente al hospital, pero ya había muerto. Estaba vestido con su propia ropa y con las zapatillas de deporte que tiene ahora, en su tumba del Santuario de la Expoliación".
Ofrece también su testimonio a ACI Prensa Caterina, una profesora de letras jubilada que conoció a Carlo hace 25 años en el monasterio de San José de Asís. "Desde aquel momento surgió con su familia una profunda amistad que dura hasta hoy. Conocí a Carlo cuando era muy pequeño, tenía 5 años y era un niño muy vivaz, muy apasionado de todo. Era un niño virtuoso".
"En Misa era muy maduro, siempre muy formal. Frecuentaba la celebración eucarística cada día, la comunión a partir de los 7 años. En la adolescencia recuerdo la adoración eucarística, era un joven muy atento por los demás, por los pobres. Un chico un poco inquieto, en todos los lugares llevaba solidaridad y alegría. Tengo un recuerdo maravilloso. Estoy muy emocionada por esta beatificación".
"Por último, el P. Boniface Lopez, vicepárroco de la parroquia de Santa María Mayor, Santuario de la Expoliación, narra para ACI Prensa: "Quedé muy impactado por la presencia de tantos peregrinos, sobre todo tantos jóvenes".
"Hay muchos participantes de Europa. El otro día hizo una visita a la tumba de Carlo, por ejemplo, una familia de Bélgica. Después llegaron también familias con discapacidad que han confiado a Carlo todos sus sufrimientos. Esto, de verdad, me ha emocionado".
Nota publicada originalmente en ACI Stampa. Traducida y adaptada por Miguel Pérez Pichel