El P. Javier Contreras, párroco de la iglesia de San Josemaría Escrivá en Alcorcón, Madrid (España) fue atacado el jueves 24 de septiembre por un joven con problemas mentales, lo que no evitó que tomara de buen ánimo e incluso con algo de humor lo ocurrido.
El sacerdote, de 73 años, recibió 12 puntos de sutura por las heridas que le causó el joven en el omóplato, bíceps y mano.
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Tras recibir el alta médica, el P. Contreras envió un mensaje a los feligreses y amigos de la parroquia de San Josemaría de Alcorcón en el que pide que no se alarmen y les confirma que "está bien".
"Sobre el agresor se trataba de un chico joven con un proceso psiquiátrico y que, parece que quería un cura menos", explica.
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25 Sep, 2020 a las 5:50 PDT
En la carta relata que el ataque tuvo lugar "a las 7.10 de la mañana al abrir la iglesia para hacer oración antes de la misa de 7.45, los dos solos en el aparcamiento. Tres puñaladas leves que podrían haber sido otra cosa, especialmente la del esternón".
Con humor explica que se defendió "como Bruce Lee con clergyman, y gracias a eso no fue a mayores".
"Estuve sereno en todo momento, rezando al Señor por ese pobre chico, antes, durante el forcejeo de cinco minutos..., y después: está detenido e ingresado en la unidad de psiquiatría del Hospital. Un pobre chico que quería matar a un sacerdote porque [según decía el joven] los sacerdotes matamos a los niños...".
En la carta explica que habló con el joven mientras éste tenía el cuchillo en la mano: "¿Por qué haces esto con personas que ayudamos a los demás? Desde mayo hemos entregado más de 30 toneladas de alimentos en Cáritas a personas muy necesitadas", y me dijo: "Por eso no te he matado".
"Cáritas me ha salvado la vida", aseguró.
Al llegar la policía redujeron al joven entre cuatro agentes. "Luego en la comisaría uno de ellos me dijo, qué valor tiene Padre. La Policía amabilísima y en urgencias del Hospital ejemplares. Una enfermera me dijo, 'yo sé bien quién le ha salvado a usted Padre'".
Además subrayó estar "muy tranquilo y con ganas de seguir trabajando" y destacó que en el asalto "no hay nada de odio a Dios en todo esto, sino una crisis psicótica aguda, eso espero al menos".
"Estoy sereno y con ganas de seguir trabajando por el Señor", se despide el P. Contreras y envía un saludo a todos los feligreses con la esperanza de que este incidente los "una más". "Rezo por cada una de vuestras familias. Todo sigue igual en la parroquia, con el mismo calendario y mayor ilusión aún", se despide.