Ante la reciente decisión del Papa Francisco de ampliar el año jubilar por el 125 aniversario de la coronación pontificia de Nuestra Señora de Guadalupe, uno de los principales expertos en la aparición mariana subrayó la importancia de participar en la celebración, especialmente en este tiempo de pandemia de coronavirus COVID-19.
En diálogo con ACI Prensa, el P. Eduardo Chávez, teólogo magistral guadalupano del venerable cabildo de la Basílica de Guadalupe, agradeció al Papa Francisco porque "ha tenido la misericordia, la gentileza, de prorrogar el año jubilar guadalupano".
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"Se iba a terminar este año jubilar el 12 de octubre del 2020. Pero el Santo Padre ha tenido la misericordia para con nosotros, para con nuestro pueblo, de prorrogar este jubileo hasta el 12 de octubre del próximo año, 2021", añadió.
El año jubilar, continuó el P. Chávez, postulador de la causa de canonización de San Juan Diego y director general del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos (ISEG), dijo que los fieles "tenemos que aprovechar este año jubilar, las bendiciones, la indulgencia plenaria".
La celebración del año jubilar guadalupano comenzó el 8 de septiembre de 2019 y se debía extender hasta este 12 de octubre, cuando se cumplirán 125 años de la coronación pontificia de la imagen de la Virgen de Guadalupe en 1895, siendo abad de la Basílica de Guadalupe el P. José Antonio Plancarte y Labastida, fundador de la congregación Hijas de María Inmaculada de Guadalupe.
El P. Chávez destacó que en este tiempo "necesitamos ser parte principalísima de esta coronación, porque la máxima coronación de Santa María de Guadalupe es que nosotros, sus hijos, tengamos una fe profunda en su amado hijo Jesucristo".
"Que nunca perdamos la esperanza y recordemos siempre las palabras que ella les dice a Juan Diego y nos dice a cada uno de nosotros: no tengas miedo, ¿acaso no estoy yo aquí que tengo el honor, la dicha, la alegría de ser tu madre? ¿Acaso no soy yo tu protección, tu resguardo? ¿Acaso no soy yo la fuente de tu alegría, la fuente de tu salud? ¿Acaso no estás tú aquí en el cruce de mis brazos, en el hueco de mi manto? ¿De qué otra cosa tienes necesidad?".
"Somos la corona llena de amor, de misericordia, de servicio, de ayuda, de solidaridad, de fraternidad con el hermano, especialmente el más necesitado. Esta es su corona", aseguró.
El P. Chávez explicó que este año jubilar guadalupano lleva también el nombre de "plancartino" porque "el gran sacerdote José Antonio Plancarte y Labastida fue un elemento principalísimo para llegar a esta coronación pontificia en 1895. Un gran sacerdote, un gran hombre, lleno de virtudes eclesiales precisamente, formador de tantas pequeñas personas en el seminario, logrando grandes obispos, grandes sacerdotes. Asimismo fundador de religiosas, que realmente han hecho cosas maravillosas".
El P. Plancarte y Labastida, continuó, "fue quien restauró lo que hoy llamamos la Antigua Basílica de Guadalupe antes de la coronación. Asimismo fue nombrado abad de la Basílica de Guadalupe. A él le tocó precisamente ser partícipe de este momento tan importante como fue la coronación pontificia el 12 de octubre de 1895", dijo.
Para el postulador de la causa de canonización de San Juan Diego, la "máxima coronación" de la Virgen de Guadalupe "es precisamente la profundización de nuestra fe, la profundización de nuestra esperanza, para que nosotros vivamos pero de verdad, de corazón, el amor a los demás, el servicio, la misericordia, la comprensión, la ayuda, el cariño".
"Sobre todo en este tiempo tan terrible de pandemia, donde tantos hermanos están sufriendo, tantos hermanos se ven en esta enfermedad tan dolorosa y tantos hermanos precisamente han perdido la vida y que ya están en la gloria de Dios Padre. Tantos hermanos que están sufriendo por estas cuestiones económicas, laborales, que ha traído todo esto", señaló.