"Los católicos no podemos aceptar la expulsión de Dios de la vida social", expresó Mons. Héctor Aguer, Arzobispo Emérito de La Plata (Argentina), ante la situación del culto católico en Argentina.
Mons. Aguer expresó que "parece inevitable, si se juzga con objetividad, reconocer que la política sanitaria impuesta para enfrentar la pandemia en la Argentina, no ha logrado los resultados que sus autores esperaban".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En ese sentido criticó la cuarentena temprana en momento que "los contagios masivos no existían" y que actualmente "aflojan" porque la gente "no soporta más una cuarentena tan larga", aseguró el también Académico de Número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
"No se pueden negar las consecuencias desastrosas para la economía, con las repercusiones sociales correspondientes" y los "daños psicológicos serios", agregó Mons. Aguer.
"El actual gobierno se atribuye la misión de cuidar nuestra salud física, y en función de este fin desconoce las exigencias de la salud espiritual de la población, la dimensión religiosa de la vida humana y de toda sociedad".
Mons. Aguer aseguró que las disposiciones del gobierno han afectado la libertad de culto atentando contra un precepto constitucional.
"Los constituyentes de 1853 eligieron, respecto de la presencia religiosa en la sociedad, una fórmula intermedia entre la que consagra un Estado confesional y la definición de un Estado laico o ateo".
Es así como en el artículo 2 de la Carta Magna se "establece que el Estado nacional sostiene el culto católico, apostólico y romano" y si bien el "aporte financiero cubre una porción pequeñísima del gasto total de la Iglesia" este sostén significa más bien, que "apoya, promueve, facilita su difusión".
"Aun considerando el menoscabo evidente de la presencia católica en la vida nacional, la razón histórica no ha perdido valor, y se manifiesta en diversas circunstancias de modo sorprendente".
El Arzobispo Emérito de La Plata consideró que "la libertad de los católicos para celebrar la Santa Misa y los demás sacramentos, se inscribe en el marco más amplio del derecho humano a la libertad religiosa, que resulta también restringido. La posición oficial es arbitraria e insensata".
También, "la prohibición del culto divino que ha obstaculizado la atención espiritual de enfermos graves".
En ese sentido, Mons. Aguer expresó que "los católicos no podemos aceptar la expulsión de Dios de la vida social" y "contamos con la clara enseñanza del Concilio Vaticano II".
"'A los laicos corresponde, por propia vocación, tratar de obtener el Reino de Dios gestionando los asuntos temporales y ordenándolos según Dios' (Lumen gentium, 31). 'Tengan presente que en cualquier asunto temporal deben guiarse por la conciencia cristiana, dado que ninguna acción humana, ni siquiera en el orden temporal, puede sustraerse al imperio de Dios' (ib)", citó entre otros ejemplos.
"El cristianismo podría, debería, hacerse presente en nuestra sociedad de un modo nuevo, como una fuerza vital en la vida de la comunidad nacional; pero solamente una profunda evangelización en consonancia con la auténtica misión eclesial, podría manifestarse como eficaz inculturación, en beneficio de todo el país", aseguró.
"Felizmente, en no pocos lugares hay sacerdotes -lo reitero- y fieles laicos que comprenden cabalmente el sentido de la libertad cristiana, y se han forjado una idea correcta, realista, de las necesidades de la evangelización y sus aspectos culturales y sociales; no renuncian a la aspiración de difundir una cultura cristiana".
"En el futuro, el gran desafío será hacer presente a Dios y a la dimensión religiosa de la vida en la sociedad argentina, para que la existencia de los ciudadanos no quede encerrada de un inmanentismo que cercena su referencia a un destino trascendente".
"Como sugería anteriormente, ese propósito sólo podrá realizarse en los hechos mediante el anuncio de Cristo, y su Evangelio, en consonancia con la auténtica misión eclesial. Sería algo así como devolver, con creces, lo que mezquinamente la Iglesia recibe gracias al 'sostiene'", concluyó Mons. Aguer.
El texto fue compartido con ACI Prensa el 19 de septiembre, poco después de que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunciara que a partir del lunes 21 la gastronomía, la construcción y los cultos pueden recibir personas bajo las disposiciones sanitarias en esa ciudad.