Luego del nuevo ajuste fiscal publicado por el Ejecutivo, los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica exhortaron al gobierno a no anteponer la política a la economía y así proteger a los más vulnerables por medio de una mejora en la recaudación fiscal que contemple "mecanismos eficientes y transparentes".
La pandemia ha generado una contracción y una caída en la actividad económica en Costa Rica, por ello, el 17 de setiembre, el Gobierno en Costa Rica anunció el "Plan para superar el impacto fiscal de la pandemia", que implica negociar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para obtener financiamiento de 1750 millones de dólares.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En respuesta a esta medida gubernamental, el Episcopado de Costa Rica emitió un comunicado el 21 de septiembre para expresar su preocupación sobre el rumbo de las finanzas públicas, brindar sugerencias para proteger a los más vulnerables y llamar al diálogo y escucha por el "bien común, la justicia y el desarrollo integral" de todos.
"Como pastores de la Iglesia costarricense, pedimos encarecidamente que se proteja a los más vulnerables y a los sectores productivos", señalaron.
Para lograrlo, "solicitamos particularmente que se mejore la recaudación fiscal, con mecanismos eficientes y transparentes; que se combata la evasión y elusión fiscal, evitando así la corrupción y la irresponsabilidad", señalaron.
Además, los obispos sostuvieron que "es fundamental una reducción del gasto público, sin ella no habrá impuestos que aguanten" y observaron que las propuestas incluyan impuestos "progresivos" y no "regresivos", pues afectan a los más pobres.
En el comunicado, los obispos alentaron a que los grupos de mayor riqueza y que "gozan de altísimos salarios y pensiones de lujo, aporten más", y también "clamamos para que no se hagan recortes en los programas sociales destinados a los más pobres y necesitados".
Además, se refirieron a la clase media del país y dijeron que según el nuevo plan de ajuste fiscal "este sector sufrirá de nuevo un duro golpe". Con el tiempo, la clase media, "ha quedado con poquísimas oportunidades de un mayor progreso, de tener mejor acceso a vivienda o de posibilidades de crecimiento", debido a los impuestos que se les cargó en los últimos años.
Los obispos apoyaron su exhortación en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia que afirma que "una Hacienda pública justa, eficiente y eficaz, produce efectos virtuosos en la economía" y que ello requiere "rigor e integridad en la administración y en el destino de los recursos públicos".
Además, se refirieron a la advertencia del Papa Francisco en su Encíclica Laudato Si', donde subraya que "la política no debe someterse a la economía y ésta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia", y afirma que debe existir un diálogo entre la política y economía para que estén "decididamente al servicio de la vida humana".
"Alentamos a que se genere un real y verdadero diálogo, a que se tomen en cuenta los diferentes aportes de grupos sociales, para suscitar una sana discusión con el único fin de buscar el bien común, la justicia social y el desarrollo integral de las personas", dijeron.
"Nuestro llamado es a hacer una pausa, a no acelerar decisiones que hipotecarán el futuro del país por algunas décadas. Dios nos ilumine a fin de tomar el mejor camino para esta y las futuras generaciones", concluyeron.