Más de 27 mil personas han firmado una declaración de apoyo a la comunidad de benedictinos de la abadía del Valle de los Caídos (España), que podrían ser expulsados mediante la nueva Ley de Memoria Democrática anunciada por el gobierno español tras el Consejo de Ministros el pasado martes 15 de septiembre.
Esta nueva Ley, de la que todavía solo se ha redactado el anteproyecto y que deberá pasar ahora por las Cortes para su redacción final y aprobación, pretende eliminar todo vestigio del régimen de Franco en la sociedad y honrar a los que lucharon por la república durante la Guerra Civil y en los años posteriores.
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Entre las medidas que recoge el anteproyecto de ley está "resignificar" el Valle de los Caídos, en cuyo cementerio de Cuelgamuros están enterradas más de 30 mil víctimas de la Guerra de ambos bandos, y convertirlo en un lugar de "memoria pedagógica democrática".
Para ello, pretende que el Valle pase a ser un "cementerio civil" y deje de ser "un monumento de exaltación a los vencedores de la Guerra Civil". Otras medidas que se prevén adoptar son la extinción de la Fundación de la Santa Cruz, que podría implicar la expulsión de los benedictinos, y la exhumación de las víctimas cuyos familiares así lo soliciten.
Además, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, anunció que se procedería a una "reflexión" sobre la gran cruz que se alza sobre el promontorio en el que está excavada la basílica del Valle de los Caídos, de 150 metros de altitud.
Esa "reflexión" fue interpretada por algunos analistas como una puerta abierta a la posibilidad de que sea derribada, como exigen algunos partidos de extrema izquierda aliados del gobierno socialista.
Mediante estas más de 27 mil firmas, recogidas por la asociación católica Enraizados, se muestra el rechazo a las declaraciones de la vicepresidenta Calvo, en las que señalaba que "la presencia de los benedictinos en el Valle de los Caídos es incompatible con la resignificación de este lugar".
Asimismo, el presidente de Enraizados, José Castro Velarde, anunció acciones legales contra la nueva Ley al entender que el gobierno "va a saltarse a la torera la voluntad de las familias que expresaron su deseo de que los muertos descansaran en paz en el cementerio de Cuelgamuros, bajo la paz que proporciona la oración de los monjes".
Enraizados también está preparando un libro en el que se recogen testimonios de perdón con historias de personas cuyos familiares fueron asesinados durante la Guerra Civil. "Con esta publicación", explica Castro Velarde, "buscamos una reconciliación real, mostrar que el rencor no está en los que sufrieron la guerra y muchas pérdidas, sino en un gobierno que maneja políticamente un tema sensible para todos los españoles".
Otro elemento polémico del anteproyecto de Ley es su interpretación de la Guerra Civil como un conflicto entre demócratas (republicanos) y fascistas (nacionales), tratando de hacer justicia a los muertos republicanos (tanto los caídos en combate como los ejecutados), sin tener en cuenta que muchos de las personas a las que se trata de honrar tienen delitos de sangre.
También se obvia el régimen de terror instaurado en el bando republicano durante la Guerra Civil, en el que se instauró una dictadura comunista que torturó y asesinó a miles de personas inocentes, entre otros, sacerdotes, religiosas y laicos sólo por el hecho de ser católicos, por ser propietarios, por simpatizar con partidos de derechas o por no pertenecer a ningún sindicato.
El Valle de los Caídos
El Valle de los Caídos se construyó entre 1940 y 1958 como mausoleo de quienes lucharon en la Guerra Civil española. Es un complejo arquitectónico en donde se encuentra una abadía benedictina, que cuenta con una cruz, una escalinata, una explanada y una basílica.
Francisco Franco fue enterrado allí tras su muerte en 1975, así como José Antonio Primo de Rivera, creador de la Falange, el partido político con el que el dictador sustentó su régimen. Junto a ellos también reposan los cuerpos de casi 34 mil combatientes de la Guerra Civil de ambos bandos.
Se trata de un monumento controvertido, porque para sus detractores es un recuerdo del régimen franquista y la exaltación de la memoria de Franco.
En octubre de 2019 los restos de Francisco Franco fueron exhumados del Valle de los Caídos y trasladados en helicóptero al cementerio de Mingorrubio, Madrid.