Cuando Francia estaba ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, la religiosa Denise Bergon escondió y salvó a 83 niños y niñas judías de terminar en los campos de concentración nazis.
La madre Bergon perteneció a la Compañía de María Nuestra Señora, una orden religiosa fundada en 1607 por la santa francesa Juana Lestonnac. La orden aún se dedica hoy a la educación integral de los jóvenes.
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Durante la guerra, la madre Bergon era la superiora del convento de Notre Dame de Massip en la comuna francesa de Capdenac, ubicado en el sur de Francia, a más de 200 kilómetros al norte de la ciudad de Toulouse. El lugar era además una zona militar estratégica para los alemanes debido a su cruce ferroviario.
Los nazis nunca descubrieron que, en el invierno de 1942, la madre Bergon empezó a esconder niños judíos en el internado del convento. Los pequeños, que fueron recogidos de bosques y valles aledaños, se hicieron pasar como alumnos católicos durante dos años.
Además de la superiora, solo cuatro personas más al interior del convento sabían sobre la verdadera identidad de los pequeños. En el convento vivían 15 religiosas en total.
Tres de los niños judíos sobrevivientes, las hermanas Hélène y Annie Bach, y Albert Seifer, hablaron en un documental de la BBC sobre su vínculo con la hermana Denise y cómo escaparon de las nazis, especialmente de la división de las Schutzstaffel o SS, que se encontraba en la zona.
La BBC explica que la hermana Denise Bergon decidió recibir a niños refugiados acatando el pedido del Arzobispo de Toulouse, Mons. Jules-Geraud Saliège, realizado el 23 agosto de 1942.
"En nuestra diócesis han ocurrido escenas perturbadoras. Están separando familias y mandando a sus miembros a destinos desconocidos. Los judíos son hombres y mujeres, parte de la raza humana. Son nuestros hermanos. Un cristiano no puede olvidarse de eso", decía la carta del Prelado dirigida a sacerdotes y congregaciones religiosas.
"Este llamado nos conmovió profundamente y tal emoción se apoderó de nuestros corazones. La respuesta favorable a esta carta fue testimonio de la fuerza de nuestra religión sobre cualquier raza o partido. También fue un acto de patriotismo, ya que al defender a los oprimidos estábamos desafiando a los perseguidores", reveló una carta escrita por la hermana Bergon en 1946, tras el fin de la guerra.
Según la BBC, la hermana pidió consejo a Mons. Saliège y obtuvo una respuesta clara: "Mintamos, hija mía, siempre y cuando salvemos vidas humanas".
En la carta de la superiora, se describe que "desde comienzos de 1944, la búsqueda de judíos se volvió más estrecha y numerosa".
"Nos llegaban solicitudes de refugio de todas partes. Recibimos cerca de 15 niñas pequeñas. Algunas de ellas consiguieron escapar milagrosamente de la persecución de la Gestapo. Se convirtieron en nuestros niños. Nos comprometimos a devolverlos a salvo a sus familias", escribió.
Cuando el sur de Francia fue liberado en agosto de 1944, los niños judíos comenzaron a dejar el convento.
La hermana Bergon, señala la BBC, permaneció en el convento y continuó trabajando hasta su muerte en 2006 a la edad de 94 años.
Tiempo después ayudó a niños desvalidos y luego a inmigrantes del norte de África. En 1980 recibió honores por parte del Centro Conmemorativo del Holocausto y fue nombrada como "Justa de las Naciones", el título que podría considerarse equivalente a la canonización de los santos en la Iglesia Católica.