El secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano, Mons. Paul Richard Gallagher, visitó Bielorrusia como enviado de la Santa Sede del 11 al 14 de septiembre.
La Iglesia Católica en Bielorrusia está sufriendo presión del Gobierno debido a que el hoy exiliado Arzobispo de Minsk, Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, expresó su apoyo al derecho de la población a manifestarse contra la nueva reelección presidencial de Alexander Lukashenko, en el poder desde 1994.
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Luego de apoyar el derecho de la población a manifestarse contra la reelección de Lukashenko -en unos polémicos comicios a inicios de agosto-, Mons. Kondrusiewicz, hizo un viaje a Polonia.
Sin embargo, el 31 de agosto los guardias fronterizos bielorrusos le impidieron reingresar a su país, sin darle alguna explicación, por lo que ahora está exiliado en Polonia. Mons. Kondrusiewicz también es presidente de la Conferencia de Obispos Católicos en Bielorrusia.
Mons. Gallagher llegó a Minsk el 11 de septiembre junto al Nuncio Apostólico Mons. Antonio Mennini, y el secretario de la Nunciatura en servicio en la Sección para las Relaciones con los Estados, Mons. Paul Butnaru.
En el aeropuerto de Minsk fueron recibidos por el viceministro de Relaciones Exteriores, Sergei Aleinik, y por el encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica en Bielorrusia, P. Maher Chammas.
Posteriormente, la delegación visitó la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, donde se reunieron con el Ministro Vladimir Makei durante una hora y media aproximadamente.
Según informó L'Osservatore Romano, el diario oficial de la Santa Sede, en el encuentro "se recordaron algunos de los momentos más importantes de la colaboración entre Bielorrusia y la Santa Sede en el ámbito internacional, así como la importante contribución de la Iglesia Católica local al crecimiento espiritual del pueblo bielorruso, a su asistencia social, a la buena convivencia interreligiosa nacional y a la promoción de la identidad cultural del país y se prestó especial atención a la mejor manera en que la Iglesia Católica puede continuar llevando a cabo su misión espiritual en favor de todos los ciudadanos".
Al día siguiente, Mons. Gallagher se reunió en la Nunciatura Apostólica con los obispos católicos de Bielorrusia para "manifestarles la cercanía concreta y el apoyo del Santo Padre" así como también permitió al enviado de la Santa Sede "conocer más profundamente los desafíos que enfrentan las comunidades católicas y sus pastores".
"El intercambio fue muy útil para evaluar juntos el camino que la Iglesia local debe seguir para permanecer fiel a su identidad y a su misión evangélica, convirtiéndose al mismo tiempo en un instrumento eficaz de cohesión social", indicó L'Osservatore Romano.
Por la tarde del sábado 12 de septiembre, la delegación visitó, en forma privada, la Catedral Ortodoxa de Minsk, junto con la Capilla adyacente a la Facultad de Teología Ortodoxa, y la cercana Catedral Católica. "La visita permitió descubrir algunos detalles de la historia religiosa del país y, sobre todo, su capacidad de renacimiento espiritual después de los difíciles tiempos del ateísmo".
Después, Mons. Gallagher se reunió en la Nunciatura Apostólica con el viceministro de Asuntos Exteriores y Embajador ante la Santa Sede, Sergei Aleinik, para intercambiar "puntos de vista sobre diversos temas de importancia nacional e internacional y para profundizar las reflexiones sobre algunos aspectos de mayor relevancia y actualidad".
El domingo 13 de septiembre, Mons. Gallagher celebró la Santa Misa en la capilla de la Nunciatura Apostólica y en la celebración participaron también algunos embajadores católicos. Al final de la Eucaristía se realizó un breve intercambio de saludos entre los presentes.
Por último, en la tarde del domingo la delegación realizó una visita privada al Santuario Conmemorativo en honor a todos los Santos y encontraron al arcipreste Fyodor Povny.
Finalmente, el lunes 14 de septiembre el secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano regresó al Vaticano.
