Una ola de críticas se generó luego de que se revelara que parte de la nueva versión de la película Mulan fuera filmada por Disney en Xinjiang, provincia china donde la etnia musulmana uigur es retenida en campos de concentración y se obliga a las mujeres a abortar.

The Hollywood Reporter explicó que "Disney no solo filmó en la región, sino que el estudio parece haber ofrecido su gratitud a las agencias gubernamentales chinas involucradas en presuntos abusos".

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"Tras el lanzamiento de Mulan en Disney+ el viernes, algunos espectadores comenzaron a notar un 'agradecimiento especial' en los créditos finales de la película a ocho entidades gubernamentales en Xinjiang, incluida la oficina de seguridad pública en la ciudad de Turpan, donde se cree que China opera una docena de 'campos de reeducación' que mantienen a los uigures en detención extrajudicial", informó el medio. 

"La secuencia de créditos de Mulan también extiende un agradecimiento al 'departamento de publicidad del Comité de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang del PCCh', la agencia del Partido Comunista Chino responsable de producir y administrar los esfuerzos de propaganda estatal en la región", prosigue The Hollywood Reporter.

El congresista republicano Mike Gallagher escribió en Twitter el 8 de septiembre que "mientras el PCCh comete crímenes contra la humanidad en Xinjiang, Disney agradeció a cuatro de los departamentos de propaganda que están mintiendo al mundo sobre estos crímenes. También agradeció a la Oficina de Seguridad Pública de Turpan, que está en la lista de entidades por su papel en estas atrocidades".

Ese mismo día, el legislador británico Iain Duncan Smith, calificó el trabajo de Disney con la agencia de seguridad del Xinjiang como "espantoso" durante una intervención en el Parlamento del Reino Unido.

"Es vergonzoso que hagan la vista gorda. Es vergonzoso que actúen como defensores de un régimen que no tolera la disidencia", dijo Smith.

Un día después, el senador republicano Josh Hawley envió una carta al director ejecutivo de Disney, Bob Chapek, en la que criticaba a la compañía por "blanquear el genocidio en curso de los uigures y otras minorías étnicas musulmanas durante la producción de Mulan".

Desde antes de su estreno el viernes 4 de septiembre, empezaron a circular en redes sociales llamados a boicotear Mulan, los cuales se multiplicaron luego de que saliera a la luz los agradecimientos a varias entidades gubernamentales chinas en los créditos del filme.

La directora financiera de Disney, Christine McCarthy, reconoció el jueves 10 de septiembre en una conferencia de prensa que la decisión de la compañía de filmar partes de Mulan en Xinjiang "ha generado muchos problemas".

CNN informó que McCarthy no dio más detalles sobre cuáles eran esos "problemas" y Disney no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios adicionales fuera del horario comercial de Estados Unidos.

Según un informe dado a conocer el 29 de junio por Associated Press (AP), numerosos uigures de Xinjiang fueron encarcelados por tener muchos hijos, y las mujeres son sometidas a abortos forzados, implantación de dispositivos intrauterinos (DIUs) y otros anticonceptivos, por parte de las autoridades chinas.

El informe, que cita estadísticas del Gobierno, documentos estatales, entrevistas con exprisioneros, familiares y un instructor de un campo de detención, muestra diversos abusos del Gobierno chino contra la minoría étnica y religiosa.

Se calcula que en el país hay entre 900 mil y 1.8 millones uigures en el sistema de más de 1.300 campos de detención del régimen chino, que busca su "reeducación". 

Quienes han salido de esos lugares denuncian trabajos forzosos, torturas y maltrato en ellos. Inicialmente China negó su existencia pero en 2018 las autoridades se vieron obligados a admitir que sí existen.