En medio de violentas protestas que dejan por lo menos 13 fallecidos y cientos de heridos en Colombia, el Arzobispo de Bogotá, Mons. Luis José Rueda Aparicio, hizo un llamado a una "amistad social" que permita hallar soluciones y lograr una convivencia pacífica en la nación.
"Todos los colombianos, hombres y mujeres, estamos llamados a luchar sin desfallecer para vencer la enemistad social, no podemos ser indiferentes, busquemos juntos las causas estructurales profundas de nuestros conflictos sociales, y contribuyamos para encontrar soluciones sin violencia, sin homicidios, sin odio", escribió Mons. Rueda en un comunicado publicado el lunes 14 de septiembre.
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"La vida, la reconciliación y la paz reclaman hoy nuestro aporte, con actitudes reales de trabajo por la amistad social, este es el escenario propicio y el camino hacia la convivencia pacífica en Bogotá y en todas las regiones de Colombia", aseguró.
Este mensaje, titulado "Un llamado a la amistad social", se produce luego de que la Arquidiócesis de Bogotá (Colombia) convocara para el sábado pasado a una vigilia por la vida, la reconciliación y la paz tras las violentas protestas surgidas por la muerte del abogado Javier Ordóñez Bermúdez, víctima de una polémica intervención policial el 9 de septiembre.
Mons. Rueda resaltó en el comunicado que "encontrar una amistad sincera es mucho más que encontrar un tesoro, porque la amistad es una motivación fuerte para trabajar", ya que "nos ayuda superar las frustraciones, da sabiduría y logra adelantar el gozo del futuro anhelado".
"Hoy en Bogotá y en Colombia, en los barrios y en las veredas, tenemos aún la posibilidad de crear relaciones sociales fundamentadas en la amistad", aseguró.
En su reflexión, el Arzobispo explicó el vínculo entre la amistad social y la verdad. Dijo que "la verdad está a la base de la amistad", y que si bien se puede pensar diferente, existe amistad "si somos sinceros".
"La amistad misma nos impulsa a buscar la verdad, y cuando la encontramos descubrimos que, la verdad está distribuida en la conciencia de todos, en pequeñas porciones que se necesitan y complementan. La verdad nos libera de esclavitudes como la difamación, la mentira, la hipocresía", explicó.
También, el Prelado remarcó la importancia del diálogo para dar origen a la amistad social, ya que entre la "palabra" y el "silencio respetuoso para escuchar al otro" se logra "el encuentro".
"Cuando los supuestos enemigos se atreven a dialogar, encuentran puntos de confluencia que desconocían entre ellos. Los medios de comunicación y las redes sociales nos deben ayudar a construir la amistad social. El diálogo nos libera del autoritarismo y de pretender las soluciones a los conflictos por vía armada", añadió.
Otro punto de su reflexión se centró en la necesidad del perdón para crecer en la amistad. "Crece la amistad si ante la decisión o acción errónea aparece el perdón, no la condena a priori. El perdón evita la destrucción del que se equivoca, más bien lo acoge, lo corrige, lo levanta y lo renueva. El perdón nos libera de la venganza, de la ira, y del resentimiento", dijo.
Destacó, además, el vínculo entre la humildad y la amistad social, porque "quien se hace servidor de las demás personas, entrega lo mejor que tiene buscando el bien común".
Es así que Mons. Rueda resaltó la necesidad de "líderes humildes", "al servicio de todos". "La actitud de servicio nos hace humildes y la humildad nos libera de la arrogancia, de la altanería y de la vanidad", comentó.
El Prelado también destacó que la "confianza en las relaciones personales y sociales es indispensable para lograr la armonía y vivir la amistad social".
"Recuperar la confianza entre las personas, nos permite avanzar hasta recuperar la confianza social, y en las instituciones. Esto requiere humanizar las instituciones, para que se pongan decididamente al servicio de las personas. La confianza nos libera de sentirnos perseguidos unos por otros, de percibirnos desprotegidos o subyugados por las instituciones", agregó.
Cerca del final de su escrito, Mons. Rueda explicó la importancia de la austeridad para lograr la amistad, ya que esta "nos permite descubrir en lo pequeño las grandes maravillas de la vida" y "nutre en nosotros la actitud de la gratitud".
Finalmente, subrayó la vital importancia de la espiritualidad para vencer la enemistad social.
"La espiritualidad es la dimensión de la persona que tiene su núcleo más profundo en la consciencia. La espiritualidad propicia el encuentro consigo mismo, con los otros y con el amor, es decir con Dios. Sin espiritualidad la amistad social no tiene fundamento sólido, porque la espiritualidad le confiere a la amistad social la calidad y el carácter trascendente propio de la dignidad humana", aseguró.
"La espiritualidad se nutre con la oración, con la Palabra de Dios, con los Sacramentos, con el discernimiento y se ejercita en la relación respetuosa con todas las personas. La espiritualidad nos lleva a darle el genuino valor a la persona misma, y a los acontecimientos de la vida", añadió Mons. Rueda.
"La Palabra de Dios nos fortalece en la esperanza y nos pone en camino como servidores de la amistad social", destacó.