La lápida del Padre Werenfried Straaten, fundador de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) y conocido cariñosamente como el “Padre Tocino”, fue bendecida por el Padre Joaquín Alliende-Luco, de Chile, asistente eclesiástico internacional de la asociación, en el cementerio de la pequeña ciudad de Königstein.
La ceremonia, con motivo del primer aniversario de su tránsito, reunió a Hans-Peter Röthlin, presidente de la ACN, la secretaria general, Antonia Willemsen, que es también sobrina del sacerdote, el alcalde de Königstein, miembros del equipo internacional, colegas cercanos y ayudantes del extranjero, quienes rindieron tributo a la memoria del Padre Werenfried por su incansable labor y le dejaron una rosa roja sobre su tumba.
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En su homilía, el Padre Joaquín Alliende-Luco subrayó el desafío que la herencia de Padre Werenfried representa hoy hacia la caridad. “Una misión carismática para sus seguidores que se refleja directamente del mensaje de vida de este sacerdote único”, señaló. Simultáneamente se celebraron Misas en diversas partes del mundo para recordar al fundador de una de las organizaciones de asistencia más importantes del planeta.