La Arquidiócesis de Bogotá (Colombia) dio a conocer las medidas eclesiales que fueron tomadas en torno al caso de un sacerdote que fue capturado el 4 de septiembre por presuntamente haber abusado sexualmente de dos mujeres en la localidad de Chapinero.
El viernes, la Fiscalía General de la Nación, a través de la Unidad de Delitos Sexuales de Bogotá, presentó ante un juez de control de garantías al sacerdote investigado, Rafael Gerardo Rojas Ríos, que se desempeñaba como párroco de la Iglesia Santa María del Monte, en el barrio San Luis.
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"El pasado 20 de agosto el religioso habría ido a buscar a una de las víctimas a la casa y, supuestamente, intentó acosarla sexualmente. La joven reaccionó con un bisturí y trató de defenderse del señalado agresor, quien se lanzó desde el segundo piso la vivienda. Las dos personas resultaron heridas en este hecho, por lo que fueron trasladadas al hospital San Ignacio", señaló la fiscalía.
También se indicó que en el centro asistencial, la mujer, de 19 años, denunció que fue abusada por el sacerdote desde que era niña, al igual que su hermana.
"Las dos asistían las labores de aseo en la casa cural de la parroquia a la que estuvo asignado Rafael Gerardo Rojas Ríos, entre julio de 2012 y julio de 2018", precisó la fiscalía.
El presbítero negó las denuncias y se declaró inocente. Actualmente se encuentra internado de manera preventiva en la cárcel Modelo de Bogotá a la espera de su juicio.
A través de un comunicado publicado el 4 de septiembre, la Arquidiócesis de Bogotá aseguró que "siempre ha respondido prontamente a las peticiones de las autoridades civiles, dando oportuna respuesta al requerimiento realizado por la Fiscalía el día 26 de agosto del presente año, y ha estado en toda disposición de colaborar con la investigación".
También se confirmó que la Iglesia en Bogotá inició una "investigación preliminar mediante Decreto Arzobispal No. 025 del 26 de agosto de 2020" y que a al P. Rojas "se le suspendió del ejercicio del ministerio sacerdotal mediante Decreto Arzobispal No. 026 del 26 de agosto de 2020".
"La arquidiócesis de Bogotá reitera su política de buen trato a todas las personas y su tolerancia cero contra todo tipo de abusos en cualquier ambiente eclesial", concluyó el comunicado arquidiocesano.