Los fieles de la ciudad de Victoria en Entre Ríos (Argentina) preparan los festejos en honor a Nuestra Señora de Aránzazu, con la dicha de celebrar por primera vez a su patrona en la iglesia que este año recibió el título de basílica.
El 28 de mayo el Obispo de Gualeguaychú, Mons. Héctor Luis Zordán, anunció que el Papa Francisco concedió el título de basílica menor a la parroquia Nuestra Señora de Aránzazu "con el fin de intensificar el vínculo de esa iglesia con la Iglesia de Roma y con el Santo Padre, además de promover su ejemplaridad como centro de particular acción litúrgica y pastoral en la diócesis".
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El anuncio fue recibido en el contexto del Año Mariano Nacional de Argentina y en plena cuarentena debido a la pandemia del coronavirus. En el país se han registrado 417 mil contagios y 8.730 fallecidos.
Si bien la comunidad tenía la esperanza de celebrar la fiesta patronal en forma presencial el 8 de septiembre, en la basílica y como es de costumbre con cientos de peregrinos y actividades, la situación sanitaria obligó a cambiar las actividades a un formato online.
"Madre de nuestro pueblo, enséñanos a ser servidores de la esperanza", es el lema que congrega la novena transmitida a través de la radio LT 39 Emisora Victoria en el 90.3 FM, el canal 2 "Victoria Te Ve" y el Facebook de Parroquia Basílica Nuestra Señora de Aránzazu.
En cada jornada se presentará un espacio para dar a conocer la historia de la advocación mariana, los niños y familias de la catequesis rezarán el Santo Rosario, habrá homenajes de cantantes locales y se celebrará la Misa diaria a las 8:00 p.m.
El 7 de septiembre a las 9:30 p.m. se realizará una vigilia y al día siguiente, fiesta de Nuestra Señora de Aránzazu, se realizará una caravana por las calles de la ciudad para bendecir a los habitantes.
Durante este tiempo, la comunidad además invita a realizar una ofrenda de caridad de alimentos no perecibles o flores blancas.
El párroco del lugar, P. Héctor Trachitte, manifestó a ACI Prensa que "este año la comunidad celebra con más alegría" porque en mayo de este año el Papa Francisco concedió al templo el título de basílica.
Recordó que durante la fiesta el templo, que pertenece a la Diócesis de Gualeguaychú, suele llenarse de peregrinos, y si bien por la crisis sanitaria este año no podrá haber celebraciones presenciales, "llegaremos a más fieles porque vamos a ir hasta sus casas directamente a través de la radio, la televisión y el internet".
En la homilía del primer día de novena, el P. Trachitte pidió a Dios la ayuda para salir de la crisis sanitaria por el coronavirus, "mientras tanto poder crecer en la esperanza sin desfallecer".
En ese sentido, el párroco invitó a vivir el lema "Madre de nuestro pueblo, enséñanos a ser servidores de la esperanza" y "seguir con nuestro corazón firme en las manos de María para seguir siempre cerca de Jesús".
En medio de la situación sanitaria el P. Trachitte pidió "ser perseverantes en la esperanza, en la fe y sobre todo la oración".
"Pidamos ser verdaderamente instrumentos de esperanza" en los espacios cotidianos y con "María, el modelo a seguir que está siempre con nosotros, nunca nos abandona" "dejémonos amar fuertemente por Ella y sentir la presencia de Jesús", alentó.
Historia de la Virgen de Aránzazu
Corría el año 1469, en Oyarzum, provincia de Guipúzcoa del País Vasco (España), cuando un pastor que cuidaba su rebaño fue atraído por el sonido de un cencerro.
Al llegar, encontró en un árbol de espinas una imagen tallada en piedra de la Virgen María con el Niño Jesús en los brazos. La exclamación del pastor fue: "¡Arantzan zu!" que se traduce como "¿Tú en el espino?".
La devoción se extendió con fuerza entre los habitantes del lugar hasta ser nombrada patrona de la provincia de Guipúzcoa. El lugar ubicado a 750 metros sobre el nivel del mar, rodeado de montañas y vegetación, se convirtió en monasterio y luego en santuario, fue servido por mercedarios, dominicos y desde 1514 por los franciscanos.
El monasterio estaba terminado hacia 1553 y soportó tres incendios. En 1950 se propuso la construcción de lo que es hoy la basílica y fue consagrada en 1969 para el V centenario de la aparición de la Virgen de Aránzazu.
En la imagen actual se muestra a la Virgen María tallada en piedra. Mide 36 centímetros y pesa 9 kilos. En su mano izquierda está sentado el Niño Dios y ambos sostienen lo que sería la figura del mundo. La imagen es acompañada por un espino blanco y un cencerro al lado.
La devoción a Nuestra Señora de Aránzazu en Argentina está arraigada a los orígenes y crecimiento de la ciudad de Victoria en Entre Ríos.
Por iniciativa de sus habitantes y de Salvador Joaquín de Ezpeleta, acaudalado comerciante y ferviente devoto de la Virgen bajo la advocación de Aránzazu, se levantó un oratorio en un amplio rancho.
La primera Misa en este lugar se celebró el 13 de mayo de 1810.
En sus inicios, este lugar se llamó Villa de Nuestra Señora de Aránzazu de la Victoria, hasta que en 1829 el gobernador de Entre Ríos, León Sola, le otorgó el título de ciudad.
En 1853 se comunica la bula del Papa Pío IX que autoriza a la advocación de Nuestra Señora de Aránzazu y de San José Obrero como patronos de la ciudad.
La primera piedra de la iglesia fue instalada el 21 de abril de 1872 y el 8 de septiembre de 1875 se bendijo e inauguró el altar.