El vocero del Arzobispado de Buenos Aires, Padre Guillermo Marcó, precisó que cuando la Iglesia defiende a los no nacidos frente al aborto no lo hace por tratarse de un “tema religioso” sino de derechos humanos.
El sacerdote hizo estas declaraciones en medio del debate sobre la legalización del aborto, surgido a raíz de las declaraciones de Carmen Argibay, candidata a la Corte Suprema de Justicia, que se proclamó atea militante y abortista.
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El Padre Marcó explicó que “no siempre las condiciones en las que fuimos concebidos fueron las más felices del mundo, pero eso no nos quita el derecho a vivir”.
Al referirse a los casos de menores violadas, indicó que son situaciones lamentables que no deberían ocurrir “pero si pasan, hay que hacer comprender, como lo hacía Teresa de Calcuta, que lo mejor que se puede hacer ahora es proteger a la niña y al nuevo ser que fue concebido”.
El Padre Marcó sostuvo que “hay que distinguir entre la vida de una mujer y su propio cuerpo, de la vida de otra persona, que es independiente”, y enfatizó que el del aborto es un tema que “no hay que negarse a hablarlo, hay que discutirlo”.
El sacerdote repitió los argumentos que el Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, ofreció en las últimas semanas sobre la eventual legalización del aborto en Argentina.