El sacerdote Francisco Santana, una de las figuras emblemáticas del exilio cubano, murió este miércoles a los 62 años de edad en el Hospital Mercy de Miami a consecuencia de cáncer.
El P. Santana, natural de Cienfuegos, fue por varias décadas el apóstol de la diáspora cubana y uno de los artífices de los mayores envíos de medicamentos a la isla a través de Fe en Acción, la extraordinaria misión solidaria que lideró durante su servicio pastoral en Miami para aliviar las necesidades de sus hermanos cubanos.
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Desde la creación de la organización humanitaria se ha enviado un promedio mensual de más de 350 kilos de medicinas a Cuba.
Poco antes de fallecer, el sacerdote había expresado que como él, “Cuba tiene cáncer, el cáncer que lleva a que las personas le nieguen la posibilidad de ir a rezar a la tierra donde yo nací“, y declaró que en su cuerpo se libraba una batalla entre las fuerzas del bien y del mal pero que ofrecía su vida “por la salvación de Cuba, donde también se libra una gran batalla“.
Se anunció que el Arzobispo de Miami, Mons. John Clement Favalora, concelebrará, junto con su Obispo Auxiliar, Mons. Felipe de Jesús Estévez, el Obispo Auxiliar Emérito, Mons. Agustín Román y el Padre Emilio Vallina, la Misa en sufragio del querido sacerdote este viernes por la mañana en la iglesia San Juan Bosco.
Trascendió la posible presencia en Miami de una delegación de obispos de Cuba y algunos sacerdotes para participar en los servicios religiosos.
Tras conocer la noticia, Mons. Román declaró que el P. Santana había sido “un sacerdote ejemplar que ha compartido el dolor y la alegría de todos los que se han acercado, de los necesitados, de los más pobres, y muy especialmente del pueblo cubano'. “Se ha distinguido por la caridad, y estoy seguro de que en el cielo estará gozando y recogiendo lo que sembró', agregó.
“Fue un sacerdote de Dios, un hombre entregado a predicar el evangelio y hacer el bien a todos', afirmó el P. Vallina y agregó que “su muerte nos ha entristecido pero, al mismo tiempo, estamos seguros de que tenemos un nuevo intercesor en el cielo”.
Por su parte, el alcalde de Miami-Dade, Alex Penelas, calificó al P. Santana como “uno de los guías del exilio cubano y ejemplo de patriotismo“, revelando que antes de fallecer le había hecho saber que “sus sufrimientos los dedicaba al pueblo cubano que tanto amaba“.
Asimismo, el alcalde de Miami, Manny Díaz, declaró que lo consideraba “un guía espiritual, un hombre de Dios y un gran símbolo de fe y amor“.
El Padre Santana nació el 15 de mayo de 1941 en Cienfuegos, y se ordenó sacerdote el 12 de diciembre de 1968, en Choluteca, Honduras. Llegó a la Arquidiócesis de Miami el 12 de abril de 1972.
En Miami-Dade, realizó servicio pastoral en las parroquias Nuestra Señora de Los lagos, San Juan Apóstol, San Brendan, San Kevin y Nuestra Señora de la Divina Providencia, entre otras. Fue capellán asociado del Hospital Mercy y director asociado de la Ermita de la Caridad.