Dos cardenales a quienes el Papa Juan Pablo II aceptó sus renuncias al gobierno pastoral de importantes arquidiócesis brasileñas, por haber alcanzado el límite de edad, saludaron a los prelados nombrados para sucederlos en su servicio.
El Arzobispo de Brasilia, Cardenal José Freire Falcão, saludó a Mons. João Braz de Aviz, hasta ahora Arzobispo de Maringá, y le deseó un “muchas felicidades, un fecundo y bendecido episcopado al frente de la importante Arquidiócesis de Brasilia”.
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“Desde ya mi profundo y emocionado agradecimiento a todos que con sus oraciones, sus consejos y sus donaciones me ayudaron en estos 20 años de pastoreo de esta querida arquidiócesis”, añadió en un comunicado.
El Cardenal Freire informó que “luego de la toma de posesión del nuevo Arzobispo, en marzo, continuaré al frente de la Arquidiócesis de Brasilia como su administrador apostólico por voluntad del Santo Padre”.
El Purpurado también saludó a su Obispo Auxiliar, Mons. Raymundo Damasceno Assis, nombrado ahora Arzobispo de Aparecida, en el estado de Sao Paulo, donde sucederá al Cardenal Aloísio Lorscheider.
“A Mons. Damasceno mi gran agradecimiento por su amistad y la ayuda preciosa que prestó a esta arquidiócesis como sacerdote y Obispo Auxiliar. Con mis felicitaciones, mis votos de bendición divina en su nueva misión junto al Santuario Nacional de Nuestra Señora de Aparecida, Patrona de Brasil y de nuestra ciudad y arquidiócesis de Brasilia”, indicó.
Por su parte, el Arzobispo de Belo Horizonte, Cardenal Serafim Fernandes de Araújo, se refirió al nombramiento de Mons. Walmor Oliveira de Azevedo como su sucesor y afirmó que éste “es un regalo de Dios para Belo Horizonte. Estoy seguro de que él tiene las cualidades intelectuales, pastorales y humanas para hacer mucho por la Arquidiócesis”.
La toma de posesión del nuevo Arzobispo, hasta ahora Obispo Auxiliar de Salvador, Bahia, tendrá lugar en el mes de marzo.
El Cardenal seguirá residiendo en Belo Horizonte, donde vive hace 45 años desde que laboraba como Obispo Auxiliar.
en la palma de la mano de Dios