Con una Misa se bendijo la nueva casa de Fazenda de la Esperanza en Montevideo (Uruguay) obra reconocida en el mundo que se dedica a rehabilitar a las personas que sufren problemas de adicciones.
La casa ubicada en un antiguo convento carmelita del barrio Punta de Rieles, fue inaugurada tras una Misa de acción de gracias realizada el 8 de agosto bajo las medidas sanitarias correspondientes para evitar contagios por coronavirus.
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El equipo de comunicaciones arquidiocesano (ICM) informó que participaron en la Eucaristía el Nuncio Apostólico, Mons. Martin Krebs; el Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla, los Obispos Auxiliares, Mons. Pablo Jourdan y Mons. Luis González; el Obispo de Melo, Mons. Heriberto Bodeant; y ocho sacerdotes.
Además, participaron los jóvenes que viven hace unos días en la comunidad terapéutica, líderes y promotores del proyecto, donantes, funcionarios gobierno como el ministro de Desarrollo, Pablo Bartol, y el presidente de la Junta Nacional de Drogas, Daniel Radío.
En su homilía el Cardenal Sturla hizo referencia a las lecturas del día para decir que en la vida "a veces tenemos una suave brisa y a veces tenemos tormentas, viento en contra".
De igual forma, las personas que viven en Fazenda de la Esperanza han vivido tormentas, pero "está la mano de Jesús, poderosa, tendida, que nos levanta. Es Jesús y es la Iglesia, que a través de distintas obras rescata, hace que llegue la palabra de Jesús, la salvación".
"Todos necesitamos de Jesús, tenemos que fijar los ojos en Él, todos necesitamos que Jesús nos agarre y nos rescate", aseguró el Cardenal Sturla.
En la ocasión se leyó un saludo de los fundadores de Fazenda de la Esperanza, Fray Hans Stapel y Nelson Giovannelli; también se agradeció a las religiosas carmelitas por la donación del monasterio; a los voluntarios que levantaron el proyecto; entre otros bienhechores.
Durante el ofertorio los jóvenes de Fazenda de la Esperanza acercaron al altar tres elementos elaborados por ellos mismos: un rosario para pedir la protección de la Virgen, una lapicera artesanal que simboliza la oportunidad de escribir una nueva página de su historia y un pan, símbolo de la comida cotidiana.
Luego de la Eucaristía y en medio de enfáticos aplausos, los jóvenes Diego, Ismael y Lucas pasaron al frente para recibir su diploma tras un año de recuperación en otra casa de la obra.
Al terminar la Misa se bendijo y entronizó una imagen de la Virgen María que fue encontrada en ese lugar y fue restaurada.
"Si Dios puede recomponer a los chicos, cómo yo no voy a poder restaurar una estatua", pensó la persona que restauró la imagen mariana.
Fazenda de la Esperanza es una obra que nació en 1983 en Brasil con la finalidad de tratar distintas adicciones en especial del alcohol y las drogas.
La comunidad terapéutica presente en Uruguay hace 11 años, basa su trabajo en los pilares del trabajo, como un proceso pedagógico; la convivencia en familia; y la espiritualidad, para encontrar el sentido de la vida.