Ante las incertezas provocadas por la pandemia de coronavirus a la industria del turismo, fuente de subsistencia para numerosas familias en todo el mundo, el Cardenal Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Promoción del Desarrollo Humano Integral, defendió un nuevo modelo turístico posterior a la alerta sanitaria en el que se priorice el turismo de cercanía, sostenible y centrado en destinos rurales, frente al turismo urbano de masas.
El Cardenal Turkson señaló, en un mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Turismo 2020, que la pandemia de COVID 19, "de la cual todavía no se ve el final", ha provocado "una drástica reducción de la movilidad humana y del turismo, tanto internacional como nacional, situándose en mínimos históricos".
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"La suspensión de vuelos internacionales, el cierre de los aeropuertos y de las fronteras, la adopción de severas restricciones a los viajes, también internos, está causando una crisis sin precedentes en muchos sectores conectados a la industria turística", lamentó.
Como consecuencia, "se teme que, en la peor de las hipótesis, a finales de 2020 se asistirá a una disminución de cerca de mil millones el número de turistas internacionales", con pérdidas mil millonarias de dólares para el sector turístico, con "la consiguiente pérdida de numerosos puestos de trabajo".
Por ello, invitó "a emprender en serio y poner en práctica el desarrollo sostenible que, en el ámbito del turismo, significa un mayor interés por los destinos turísticos extra urbanos, pequeños as aldeas, pueblos, caminos y lugares poco conocidos y poco frecuentados".
Es decir, "aquellos lugares más escondidos por descubrir o redescubrir precisamente porque son los que tienen mayor belleza y están menos contaminados".
Por lo tanto, "se trata de promocionar el turismo sostenible y responsable que, implementado según los principios de justicia social y económica y en el pleno respeto del medio ambiente y de las culturas, reconoce la centralidad de la comunidad local que acoge y su derecho a ser protagonista del desarrollo sostenible y socialmente responsable del propio territorio".
El turismo, aseguró el Cardenal Turkson, "puede convertirse durante este período en un instrumento de proximidad", porque "nuestro mundo postmoderno necesita proximidad, es decir, cercanía en las relaciones y, por lo tanto, en los corazones".
De esta manera "la economía turística podrá retomar su curso, si bien con niveles de circulación más reducidos; la circulación de personas, de bienes y de moneda será un signo tangible de una proximidad que comienza en el corazón".
Por último, realiza un llamado "a los gobernantes y a los responsables de las políticas económicas nacionales para que promuevan e incentiven el turismo responsable, actuando según los principios de justicia social y económica y en el pleno respeto del medio ambiente y de las culturas".