Las sedes afiliadas de la organización de ayuda humanitaria católica Catholic Charities en todo Estados Unidos han distribuido cerca de 400 millones de dólares para ayudar a los afectados por la actual pandemia de COVID-19.
La cifra representa más del doble de la cantidad de fondos que recibieron mediante préstamos del Programa de Protección de Pagos (PPP), un programa de la Administración de Pequeños Negocios de los Estados Unidos que ayuda a las empresas a pagar los salarios de los empleados en medio de la recesión económica y el cierre forzado de las empresas.
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"La generosidad de los donantes corporativos, fundaciones e individuos ha sido abrumadora", dijo la hermana Donna Markham, presidenta y directora ejecutiva de Catholic Charities USA, en un comunicado publicado el lunes 3 de agosto.
Durante los últimos cuatro meses, Catholic Charities distribuyó casi 400 millones de dólares en ayuda humanitaria en forma de alimentos, asistencia de alquileres, equipo de protección personal, suministros para bebés y viviendas en cuarentena. Sus sedes afiliadas se encuentran en la mayoría de las diócesis del país, incluidas las áreas del país más afectadas durante la pandemia donde se han abierto bancos de alimentos para ayudar a los necesitados.
En Washington DC, Catholic Charities distribuyó bolsas de comestibles y comidas calientes a los residentes de una de las comunidades más afectadas.
Un informe de julio de Associated Press (AP) criticó el hecho de que las parroquias católicas, las diócesis y otras organizaciones recibieran aproximadamente 1.4 mil millones de dólares en préstamos del PPP.
Los afiliados de Catholic Charities recibieron un estimado entre 100 y 200 millones de dólares en préstamos PPP, permitiendo a las organizaciones mantener al personal en nómina y continuar distribuyendo ayuda.
La hermana Donna expresó su gratitud a los trabajadores que se quedaron para ayudar, incluso cuando hacerlo es potencialmente peligroso.
"Sigo edificada por tantos voluntarios y personal de Caridades Católicas que trabajan incansablemente en primera línea, a menudo con un gran riesgo personal, para mantener la distribución de suministros urgentes", dijo, y agregó que estos trabajadores son "verdaderamente la encarnación del buen samaritano".
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en Catholic News Agency.