Una parroquia del sur de Italia recibió a un bebé recién nacido que fue colocado en una cuna térmica localizada al exterior de la iglesia.
Este hecho sucedió el pasado 19 de julio en la parroquia San Giovanni Battista (San Juan Bautista) de Bari y el nombre del bebé es Luigi, quien está bien de salud y se recupera en un hospital.
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En declaraciones a ACI Stampa -agencia en italiano del Grupo ACI- el párroco, P. Antonio Ruccia, relató que al lado del bebé estaba una tarjeta que decía: "Él es Luigi. Pequeño, mamá y papá te amarán por siempre".
La cuna térmica fue colocada en la puerta de la parroquia en 2014 y se encuentra al lado de una pancarta en la que se lee: "Ningún niño es un error". Además, el póster indica: "Si pasas por una situación difícil y no consigues hacerte cargo de tu bebé, déjalo en la cuna térmica" y añade: "Será acogido y asistido en el más completo anonimato".
"El bebé fue entregado, no abandonado. Como hizo Jesús, que se entregó a cada uno de nosotros. Jesús se dona a sí mismo, se entrega a los otros. La familia quiso entregar a Luigi a toda la comunidad humana, el bebé fue dejado poco antes de la primera Misa", describió el sacerdote, quien agregó que el bebé se encuentra en cuidados intensivos en el hospital policlínico de Bari y que el tribunal realizará la investigación de rutina para que luego el neonato sea asignado a una familia.
El P. Antonio dijo a ACI Stampa que "no juzga a los padres y que ninguno de nosotros debe hacerlo, detrás de este bebé hay una historia, de hombres y de mujeres que esconden algo en lo profundo, que no consiguieron superar un obstáculo", y añadió que "Luigi es el ícono del Italia 'post COVID', es un signo de que algo recomienza, que como dice el Papa Francisco no se rinde ante la globalización de la indiferencia".
Sobre la iniciativa de colocar una cuna térmica, el presbítero relató que la idea surgió tras la muerte de un bebé abandonado en la playa en 2014 y, después de conversarlo con la asamblea parroquial, compró una. Indicó que hay otras dos parroquias en la región que han hecho lo mismo, una en Monópoli y otra en Táranto.
Además, P. Antonio Ruccia señaló que "en estos días ha recibido mucha solidaridad, hay muchos empresarios dispuestos a ayudar a la familia de Luigi". Reveló que está pensando "en un proyecto de acogida, de prevención de las dificultades en este campo del abandono".
Por último, el sacerdote citó una frase de María Teresa de Calcuta: "Una gota en el océano contribuye a hacer el mar y a hacer grande el océano"; para destacar que "la atención a la vida, incluida la maternidad, no es una cuestión subjetiva, sino que es comunitaria" por lo que "tanto la comunidad civil como la eclesial deben inventarse y programar itinerarios de vida que den oportunidades de redimirse a las personas que viven estas situaciones de dificultad".
Traducido y adaptado por Mercedes De La Torre. Publicado originalmente por ACI Stampa