Una publicación especializada en tecnología informó recientemente que el Gobierno comunista de China ha intentado hackear a la Diócesis de Hong Kong.
De acuerdo a ZDNet, hackers asociados con el Gobierno chino han atacado repetidamente a las autoridades de la Diócesis de Hong Kong con documentos que parecen ser legítimos y que en realidad instalan virus o malware, es decir programas maliciosos que tienen como objetivo dañar los dispositivos móviles y las computadoras.
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La modalidad usada en los intentos de hackeo se conoce como "spear-phishing", que consiste en solicitar el ingreso de alguna clave para la instalación del malware. Aunque el phishing está muy difundido, la diferencia con el spear phishing es que está dirigido a una persona u organización. En este caso la Diócesis de Hong Kong
Un analista de malware, conocido con el pseudónimo de Akbird, dijo a ZDNet que ya ha visto malware usado por el Gobierno chino. El virus que vio contenía aplicaciones que mostraban textos que parecían documentos o artículos sobre la Iglesia Católica, pero que en realidad instalaba malware en la computadora del usuario sin que este se dé cuenta.
Akbird cree que el malware se originó en un grupo llamado "Mustang Panda", que ya ha afectado a organizaciones religiosas en el pasado.
La Iglesia Católica en Hong Kong siempre ha tenido una relación normal con el Vaticano, a diferencia de la Iglesia en China continental. Allí existe una división en la que la llamada Iglesia clandestina, subterránea o no oficial estaba en comunión con Roma, mientras que la Asociación Católica Patriótica China (ACPC), dirigida por el Partido Comunista, no lo estaba.
En septiembre de 2018, el Vaticano y China firmaron un acuerdo sobre el nombramiento de obispos en el que se regularizaba el estatus de la ACPC y se aceptaba a sus obispos en la plena comunión de la Iglesia. Los detalles del acuerdo no se dieron a conocer.
Varios líderes católicos en Hong Kong apoyaron las masivas protestas a favor de la democracia que se realizaron durante el último año.
El 1 de julio, una nueva "ley de seguridad nacional" se introdujo en Hong Kong y se cree que va a tener un impacto negativo en los ciudadanos de la provincia.
Los términos de la norma se dieron a conocer el 30 de junio, un día antes de la conmemoración de un aniversario más de la devolución de Hong Kong a China continental. Hasta 1997 la ciudad era colonia británica.
De acuerdo a la nueva ley, una persona detenida por secesión, subversión, terrorismo o colusión con fuerzas extranjeras recibirá un mínimo de 10 años de cárcel, con la posibilidad de cadena perpetua. La amplia definición de terrorismo en la norma incluye incendio y vandalismo en el transporte público "con el objetivo de intimidar al gobierno de Hong Kong o al gobierno chino por objetivos políticos".
El Cardenal John Tong Hon, administrador de la diócesis, expresó su apoyo a la nueva norma y dijo que esta no amenaza la libertad religiosa.
"Creo que la Ley Nacional de Seguridad no tendrá efecto sobre la libertad religiosa ya que el artículo 32 de la ley básica garantiza que tengamos libertad religiosa y que podemos predicar abiertamente y tener ceremonias de culto así como participar en actividades religiosas", escribió el Cardenal en junio en el Kung Kao Po, diario de la Diócesis de Hong Kong.
El Obispo Emérito de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen ze-kiun, dijo por su parte que le parece "equivocado" que hubiera gente a la que se alentaba a hablar a favor de la ley antes que se conocieran los detalles, aunque reconocía que su sucesor estaba en una posición "complicada".
"Por un lado, será un gran problema si no apoyamos al Gobierno. Nunca sabemos lo que le harán a nuestra Iglesia", dijo el Cardenal Zen. "Por otro lado, (el Cardenal Tong) decepcionó a muchos dentro de la Iglesia al dar su apoyo" al Gobierno.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA