La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) presentó una declaración conjunta sobre la vida y la dignidad de la persona humana para señalar que, en este tiempo de pandemia y violencia, es importante luchar contra la "cultura de la muerte".
Este 16 de julio, los obispos indicaron en un comunicado que la declaración conjunta se realiza en un momento en el cual el país sufre los golpes cada vez más fuertes de la muerte, y enfrenta los desafíos de la pandemia y la violencia.
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"Somos conscientes de que el año 2020 va a dejar una huella en la historia del mundo y de México por la pandemia del COVID-19", señalaron.
Los prelados resaltaron que no solo el coronavirus ha afectado gravemente a las familias, sino que este año ha traído "otra peste mortal: la violencia y la inseguridad que han alcanzado niveles nunca vistos, sea por su cantidad, frecuencia y crueldad".
"Observamos a la 'cultura de la muerte' que está golpeando fuerte y repetidamente el corazón del pueblo mexicano", subrayaron.
Este mal se refleja en los actos de violencia, en el aborto, la eutanasia, la legalización de estupefacientes y otras drogas, la "difusión de una visión pobre y distorsionada de la sexualidad", la corrupción, la trata de personas, la indiferencia ante la pobreza y "en el abuso y daño de la naturaleza por el consumismo extremo".
"En múltiples intervenciones el Papa Francisco ha identificado claramente este fenómeno humano y lo ha llamado 'cultura del descarte'", indicaron.
Los obispos señalaron que no podemos ser indiferentes ante ello y se comprometieron a luchar a favor de la vida y la dignidad humana, "seguros de que el amor maternal de María de Guadalupe seguirá acompañando a nuestro país".
Asimismo, invitaron a los ciudadanos a "una participación más constructiva y propositiva" para crear una cultura de vida, que busque que más personas mediáticas se pronuncien a favor "de una agenda social que busque la dignidad de la persona, el bien de la familia y el desarrollo de la sociedad, en un entorno de libertad y corresponsabilidad".
Los obispos indicaron que cada persona ha sido creada para ser amada, y no usada como un medio, por lo que, afirmaron su lucha contra el aborto y la eutanasia, y pidieron centrar los esfuerzos en la promoción de los "cuidados paliativos y el acompañamiento".
"Reafirmamos nuestro compromiso de atender según su dignidad humana a todas las personas, en particular y a ejemplo del Señor, en los más vulnerables", agregaron.
Los prelados también se comprometieron a luchar por el matrimonio, la familia, la adopción, el medio ambiente, y afirmaron que "las virtudes que se ejercen en la vida pública se cultivan en la vida privada".
Finalmente, indicaron que es necesario crear un auténtico régimen de libertad y luchar contra la violencia tan vigente en el país.
"Les anunciamos que continuaremos colaborando para promover la dignidad de cada persona humana, desde la concepción hasta la muerte natural", concluyeron.
Puede leer la declaración conjunta AQUÍ.