El Cardenal Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona (España) y presidente de la Conferencia Episcopal Española, explicó en su carta semanal titulada "un encargo precioso" habló sobre las cuentas públicas de la Iglesia y destacó que "somos portadores de una realidad que nos sobrepasa" y animó a ser "transmisores de esperanza".
Desde hace ocho años la Conferencia Episcopal Española presenta sus cuentas públicamente, algo que el Cardenal Omella calificó de "ejercicio de transparencia ante todas las personas que colaboran en el desarrollo de la misión de la Iglesia y ante todos los ciudadanos de nuestro país".
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"Es bueno saber y mostrar lo que uno hace con los recursos que recibe. Es necesario y saludable rendir cuentas de la labor realizada en cada ejercicio. Nos ayuda a todos", destacó el Arzobispo de Barcelona.
También destacó que "la Iglesia ha recibido del mismo Jesucristo un encargo precioso. Somos portadores de una realidad que nos sobrepasa" y a pesar de nuestras imperfecciones y que, "no siempre somos coherentes con el testimonio que hemos recibido de Jesucristo", el Cardenal animó a no perder "la esperanza ni las ganas de seguir siendo frágiles instrumentos de Dios al servicio de la humanidad".
"Hemos acogido con gran fe y amor la invitación de Jesucristo a anunciar la esperanza que mana del Evangelio, a ofrecer al mundo un camino exigente pero que es capaz de dar sentido pleno a la existencia de una persona", destaca y recuerda que "Dios nos ofrece acoger su amor, descubrir nuestra condición de hijos e hijas amados. Y, si somos hijos, entonces, cada uno de nosotros somos hermanos".
Por eso destacó que "los católicos somos llamados a ser transmisores de esperanza y generadores de cohesión social en el mundo y, de manera particular, en nuestro país, afligido por los efectos de una pandemia que está provocando una profunda crisis social y económica".
El Presidente de la Conferencia Episcopal Española explicó que "la gran familia que es la Iglesia, además de anunciar a Jesucristo e invitar al encuentro personal y comunitario con Él, realiza una gran labor social a pie de calle".
De hecho, destacó que en la última década, los centros socio-asistenciales gestionados por la Iglesia han aumentado un 71%.
Según la Memoria anual de actividades de la CEE, en 2018 atendimos a 4,1 millones de personas en domicilios y hospitales. Por lo que prácticamente un 10% de la población española recibió algún tipo de servicio de la Iglesia.
También puso como ejemplo la educación realizada en instituciones de la Iglesia, que "tiene un peso importante en la sociedad" ya que "uno de cada cuatro alumnos va a un colegio concertado católico".
"Nuestra acción educativa ha colaborado con las arcas del Estado y ha generado un ahorro de más de 3.500 millones de euros a la administración pública", aseguró.
Ante la gran crisis económica y social el Arzobispo de Barcelona animó a que ante el "gran reto" que se avecina se trabaje "de manera coordinada, sumando recursos y evitando duplicidades entre la administración, el sector privado y las instituciones sociales y religiosas, entre las que se encuentra la Iglesia".
Y pidió al Señor con insistencia "que mueva nuestros corazones para que la meta del trabajo conjunto por el bien común sea eficaz y eficiente".
Puede leer la carta íntegra AQUÍ.