Al concluir la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en la fiesta de la Conversión de San Pablo, el Papa Juan Pablo II reiteró que la unidad entre los discípulos de Cristo sigue siendo una prioridad de su pontificado.
“La ardiente invocación de Jesús en el Cenáculo (‘Que sean uno’) sigue recordando a las comunidades cristianas que la unidad es un don que debe acogerse y desarrollar de forma cada vez más profunda”, dijo el Pontífice durante la oración del Angelus que congregó, como cada domingo, a miles de fieles en la Plaza San Pedro.
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El Papa recordó además que “la unidad de los cristianos ha sido un anhelo constante de mi pontificado y sigue siendo una exigente prioridad de mi ministerio”. “¡Que jamás, por ello, disminuya el compromiso de rezar por la unidad y de buscarla incesantemente!”, agregó.
Juan Pablo señaló que “obstáculos, dificultades e incluso incomprensiones y fracasos, no pueden y no deben desanimarnos, porque ‘la confianza de alcanzar, incluso en la historia, la comunión plena y visible de todos los cristianos’ se apoya no en nuestras capacidades humanas, sino en la oración de nuestro Señor común”