El sábado pasado la Santa Sede anunció que la sierva de Dios italiana María Antonia Samà será beatificada, una laica que vivió más de 60 años inmovilizada en cama con parálisis y que a pesar de eso, "invitó a todos a confiar en Dios en cada situación", informó Vatican News.

María Antonia Samà nació el 2 de marzo de 1875 en el sur de Italia, en la localidad de Sant'Andrea Jonio en la provincia de Catanzaro.

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De joven tuvo una grave enfermedad que ocasionó que se quedara paralizada con las rodillas levantadas y permaneció acostada en esa posición por más de 60 años, ofreciendo al Señor todos sus sufrimientos.

Sierva de Dios Maria Antonia Samà. Foto: Vatican News

María Antonia vivió todo con fe e invitó a quienes la visitaban a confiar siempre en Dios, en cualquier situación.

La gente del pueblo la llamaba "la monja de San Bruno", muchas personas acudían a ella para pedirle consejos y oraciones, y encontraban paz y serenidad. Con ella rezan el Rosario tres veces al día.

Murió el 27 de mayo de 1953 a la edad de 78 años.

El diario de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) Avvenire, señaló que la causa de postulación presentó a la Congregación para la Causa de los Santos las pruebas de una "curación milagrosa" a una mujer que sufría una "grave forma degenerativa de artrosis en las rodillas" y que le provocaba dolores muy fuertes.

"El hecho ocurrió en la noche entre el 12 al 13 de diciembre de 2004 en Génova. Cuando la señora sufría dolores fuertes suplicó a la venerable sierva de Dios que había conocido cuando era joven. Después de la invocación se durmió y a la mañana siguiente, al levantarse, se dio cuenta que habían desaparecido los dolores y pudo retomar todas sus actividades".