El 9 de julio, la Arquidiócesis de Guayaquil invitó a participar de la 5° edición de la Peregrinación al Santuario Santa María Madre de Guayaquil que será realizada de forma virtual, debido a las medidas de prevención del COVID-19 decretadas en el país.
La celebración comienza este viernes 10 de julio con el rezo de la novena a la Virgen a las 6:30 p.m., y culminará el sábado 18 de julio con una serie de actividades que serán transmitidas en vivo a través del Facebook y Youtube de la Arquidiócesis de Guayaquil.
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En la mañana del 18 de julio a las 6:00 a.m. se realizará el rezo del Santo Rosario desde el cerro del Santuario; luego, a las 7:00 a.m., el Arzobispo de Guayaquil, Mons. Luis Gerardo Cabrera celebrará la Eucaristía desde la Curia Arzobispal; y finalmente, a las 10:00 a.m., el P. Yair Rodríguez sobrevolará Guayaquil portando la imagen de Santa María Madre de Guayaquil para bendecir la ciudad.
En la noche, a las 7:00 p.m., el P. Rodríguez celebrará la Misa solemne desde el Santuario y al finalizar, a las 8:00 p.m., iniciará el espectáculo "Noche de Luces", en el que varios artistas locales se unirán virtualmente a las 8:30 p.m. para ofrecer una cantata a la Madre de Guayaquil.
Durante la serenata, se presentará un libro digital sobre la historia de la advocación de Santa María Madre de Guayaquil, que incluye un poemario con las composiciones literarias de veinte guayaquileños presentadas en el concurso de su oración oficial el 2019.
La advocación mariana de Santa María Madre de Guayaquil es propia de la Arquidiócesis de Guayaquil y se originó por la inspiración del Arzobispo Emérito de la ciudad, Mons. Antonio Arregui y el trabajo del pintor Arturo Guerrero.
El artista retrató a la Virgen con rasgos de la mujer guayaquileña, vestida de atuendo criollo, y llevando en sus brazos al Niño Jesús, que "responde a su abrazo entregándole una flor".
Esta advocación fue presentada en el 2011 y desde entonces, "inició la vida espiritual del Santuario en su honor". Monseñor Luis Cabrera, estableció este acto religioso anual mediante decreto arzobispal con el objetivo de fomentar la devoción de los fieles y el amor a la Virgen María.