Mons. Salvatore Cordileone, Arzobispo de San Francisco en el Estado de California (Estados Unidos), visitó este 8 de julio los lugares donde fueron asesinados Jace Young, de 6 años, y Jerome Mallory, de 18, el último fin de semana y presidió ceremonias de oración por sus almas, sus familias y la paz.
Jace Young fue asesinado el 4 de julio mientras veía fuegos artificiales por la celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos. De acuerdo al Departamento de Policía de San Francisco, los agentes llegaron al lugar sobre las 10:44 p.m. (hora local) y "encontraron una víctima de 6 años sufriendo de una herida de bala".
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"La víctima fue transportada inmediatamente al hospital por lesiones potencialmente mortales", pero "a pesar de los mayores esfuerzos del personal médico, la víctima sucumbió a sus heridas".
En el lugar se encontró también a un hombre de 39 años herido pero no de gravedad.
El caso se encuentra en investigación y las autoridades han solicitado ayuda a la comunidad.
El jefe del Departamento de Policía de San Francisco, William Scott, dijo que la "violencia sin sentido como esta que pudo tan trágicamente cobrar la vida de un niño pequeño es inaceptable en nuestra ciudad", y aseguró el compromiso de las autoridades para "llevar al perpetrador o perpetradores ante la justicia".
Al presidir la ceremonia de oración en el lugar donde Jace Young fue asesinado, Mons. Cordileone dijo que "nos reunimos hoy para reclamar este espacio de muerte como un espacio de vida, este lugar donde ocurrió violencia lo reclamamos como un espacio de paz, este lugar que causó miedo, ira y pena, lo reclamamos como un lugar de esperanza y comunidad, reclamamos la humanidad tanto de la víctima como victimario, en nombre de Dios".
"Jace no dejó este mundo inadvertido, que el Señor nos conceda que siempre guardemos su memoria y nuestro amor y cariño, y afirmemos que su vida fue y es un tesoro de Dios", expresó.
"Ven Espíritu Santo a este lugar, con una pizca de agua ven y redime este espacio y gente del dolor y violencia que ocurrió aquí. Regrésalo como un lugar seguro, un lugar de amor, un lugar de vida, un lugar de esperanza", pidió.
El Arzobispo de San Francisco visitó también el lugar donde fue asesinado la noche del 5 de julio Jerome Mallory, de 18 años. En la ceremonia de oración estuvieron presentes la mamá y la hermana del joven.
En su oración, Mons. Cordileone dijo que "venimos a este lugar, en este momento de dolor, reconociendo el crimen violento cometido contra nuestro hermano Jerome. Confesamos que esta tragedia es parte de una amplia falla por crear comunidades seguras que sean humanas, compasivas, justas y llenas de dignidad y esperanza para todos".
Al imponer las manos sobre la mamá y la hermana de Jerome, el Arzobispo de San Francisco pidió que la bendición de Dios "venga sobre ustedes y les conceda sanación y paz, y que ustedes a su vez sean agentes de su paz que este mundo y este vecindario necesitan tan desesperadamente".