El Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, pidió a los valencianos “recuperar con valentía las raíces cristianas, que sembró con su sangre San Vicente Mártir”, patrón de la arquidiócesis española.
En la solemne Eucaristía que presidió en la Catedral de Valencia con motivo de la fiesta de San Vicente, y ante varias autoridades, Mons. García-Gasco aseguró que actualmente “vivimos un momento histórico de ocultamiento de la esperanza que se manifiesta en una pérdida de la memoria y de la herencia cristianas, unidas a una especie de agnosticismo práctico y de indiferencia religiosa”.
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A la vez, “vivimos con un cierto miedo para afrontar el futuro en una cultura cada vez menos solidaria, y en la que prevalece una imagen del hombre sin Dios y sin Cristo”. A veces, “da la impresión de que nos avergüenza ser cristianos y vivimos como si Dios no existiera", señaló el Arzobispo.
“Ante este sombrío panorama”, recordó que la palabra ‘mártir’significa testigo; ‘Vicente’, vencedor; y ‘Valencia’, valentía, para señalar que “San Vicente nos recuerda nuestras raíces cristianas, las que dieron vitalidad al pueblo valenciano en tantas etapas de su historia”.
Para Mons. García-Gasco, “más que palabras, nuestra sociedad pide testigos, ejemplos, obras” y afirmó que cuando Dios desaparece del horizonte humano “se relativiza nuestra dignidad, pierde consistencia la vida humana y se construye una sociedad insolidaria y egoísta, capaz de legitimar crímenes, torturas e injusticias”.
En cambio, “la fe cristiana aporta respeto a la humanidad, garantiza el verdadero progreso, es fuente de paz, justicia y libertad y defiende la vida”, añadió.
La Iglesia en Valencia “guarda, con sereno orgullo, la memoria de la pasión del bienaventurado Vicente, mártir de Cristo”. Al celebrar el 1700º aniversario de su martirio, el Arzobispo dijo que “San Vicente es el primer mártir que derramó su sangre por Cristo en nuestra tierra; sangre que se convirtió en semilla de cristianos”.
Estas raíces cristianas “pueden continuar hoy animando nuestro camino, como una fuerza humanizadora, plena de sentido, al servicio de la sociedad y de la vida de los valencianos”, concluyó el Prelado.