El Camino de Santiago se reabrió oficialmente el pasado 1 de julio, después de que se cerrara por la pandemia de coronavirus y también se reabrió la catedral de Santiago de Compostela.
Con motivo de este nuevo inicio, el Arzobispo de Santiago de Compostela (España), Mons. Juilán Barrio, envió una carta pastoral en la que anima a los peregrinos a vivir la preparación para el Año Santo Compostelano 2021 como una oportunidad para "comenzar de nuevo".
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La Carta Pastoral "La esperanza de peregrinar a Santiago de Compostela- Año Santo Compostelano 2021" estará disponible en torno a la festividad del Apóstol Santiago, que se celebra el 25 de julio y está concebida como un anexo a la que ya se publicó el pasado mes de diciembre.
En ella recuerda que "muchos de los que vendréis hasta Santiago tal vez habréis perdido a personas muy queridas. Caminareis con lágrimas en los ojos, pero vuestros pasos no vacilarán porque están firmes en quien os asegura 'Yo soy la Vida'".
"Quisiera, queridos peregrinos, que, gracias a vuestra peregrinación, os convirtieseis en signo e interrogante para cuantos os observen a lo largo del camino de Santiago o de otras formas de peregrinación. Que puedan vislumbrar que, si salisteis de vuestra tierra, fue para volver más comprometidos a ella", indica el Arzobispo.
Ante la situación tan dura que se ha generado con la pandemia de coronavirus, Mons. Barrio se pregunta "cómo anunciar de nuevo un año jubilar en este paisaje desolador que está dejando la pandemia que trastocó trágica e inesperadamente las vidas de tantas personas".
En pocas semanas "muchos de sus proyectos quedaron reducidos a la nada, como si, al despertarse de un mal sueño, la realidad fuese una pesadilla que les arrebató sus puestos de trabajo, alteró su día a día, y lo que es peor aún, acabó en algunas familias con la vida de los más próximos".
Mons. Barrio también recordó el gran papel desempeñado por la Iglesia en estos duros meses y señala que a pesar del cierre de algunos templos, ello no supuso "ni mucho menos, el cierre de la Iglesia. Los párrocos no han desertado de su grey, y han seguido disponibles para atender a cuantos precisen de ayuda, material o espiritual; ha acompañado en su despedida hacia la casa del Padre a moribundos y difuntos; como hacen con particular denuedo los capellanes de hospitales y centros de salud".
"Hemos de tener cuidado en que la pandemia no se lleve consigo, junto con tantas vidas y la confianza en las relaciones humanas, también nuestra capacidad de pensar racionalmente".
Y añadió que "ahora vivimos rodeados de la incertidumbre que nos hace desconfiar de todo y de todos, y nos dificulta confiar también en el futuro. Es verdad que con todo el sufrimiento que nos rodea y que evocábamos al principio puede verse como insignificante el problema de cómo afrontar nuestra celebración, vital y pastoral, del Año Jubilar Compostelano, pero es algo que habremos de tener en cuenta, pues no sabemos en qué tiempos ni en qué modos podremos ir recuperando una vida que probablemente no podrá ser nunca igual a la que teníamos hasta ahora".
Además recordó que "los esfuerzos que se vienen realizando para paliar las consecuencias de la pandemia muestran lo mejor del ser humano cuando colabora entre sí al bien común. Todo esto no deja de ser un reflejo del Reino anunciado por Jesús. El trabajo coordinado de equipos científicos desde diferentes centros de investigación augura en el horizonte un remedio esperado para la pandemia".
Insistió también en que "el Jubileo Compostelano, que recoge la más profunda tradición bíblica y cristiana de los Años de Gracia del Señor, más que nunca quiere ser un tiempo para la alegría y la liberación, una oportunidad para comenzar de nuevo, gracias a la misericordia del Señor que, como Dios amoroso y providente, acompaña y cuida de su Pueblo".
Y subrayó que su deseo es que estos nuevos acontecimientos puedan "servir de ayuda para continuar preparándonos a este acontecimiento jubilar, que seguramente recoja y sea expresión del deseo profundo de tantos y tantos corazones".