El Arzobispo Emérito de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen, advirtió que las nuevas leyes de seguridad en la provincia china podrían conducir a una represión de la libertad religiosa.
En una serie de videos publicados el martes en la página de Facebook "Grupo de Católicos preocupados por el Derecho de Seguridad Nacional de Hong Kong", el Cardenal Zen dijo que no tenía "confianza" en las protecciones a la libertad religiosa en la nueva ley de seguridad.
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El 28 de mayo la legislatura china aprobó una resolución que impone "leyes de seguridad" a Hong Kong. Estas leyes tienen como objetivo criminalizar cualquier acto que Beijing considere "interferencia extranjera", actividades separatistas o subversión contra el poder estatal, y permitir que las fuerzas de seguridad chinas operen en la ciudad.
Aunque las disposiciones completas de la ley se publicaron el 30 de junio, la semana pasada el Cardenal John Tong Hon, sucesor del Cardenal Zen como obispo y actualmente administrador de la diócesis, expresó públicamente su apoyo a las medidas y dijo que no era una amenaza para la libertad religiosa.
"Creo que la Ley Nacional de Seguridad no tendrá efecto sobre la libertad religiosa ya que el artículo 32 de la ley básica garantiza que tengamos libertad religiosa y que podemos predicar abiertamente y tener ceremonias de culto, así como participar en actividades religiosas", escribió el Cardenal en el Kung Kao Po, diario de la Diócesis de Hong Kong.
Sobre esta declaración, el Cardenal Zen señaló que considera "incorrecto" que el gobierno alentara a las personas a hablar en apoyo de la ley antes de que se revelaran todos los detalles, pero reconoció que su sucesor está en una situación "difícil".
"Por un lado, será un gran problema si no apoyamos al gobierno. Nunca sabemos lo que le harán a nuestra Iglesia", dijo el Cardenal Zen. "Por otro lado, (el Cardenal Tong) decepcionó a muchos dentro de la Iglesia al dar su apoyo" al gobierno.
Según la nueva ley, una persona condenada por secesión, subversión, terrorismo o colusión con fuerzas extranjeras recibirá un mínimo de 10 años de prisión, con la posibilidad de una cadena perpetua. La amplia definición de terrorismo en la ley incluye incendios provocados y actos de vandalismo en el transporte público "con la intención de intimidar al gobierno de Hong Kong o al gobierno chino con fines políticos".
"Esto no solo va en contra de la política de 'un país, dos sistemas', sino también contra la ley básica (de Hong Kong)", dijo el Cardenal Zen sobre las nuevas medidas.
La disposición de la ley sobre la colusión con gobiernos extranjeros ha despertado la alarma entre la población católica de Hong Kong.
El Cardenal Tong Hon señaló la semana pasada que la independencia de la Diócesis de Hong Kong del gobierno continental y de la Iglesia patrocinada por el estado, la Asociación Patriótica Católica China, no se consideraría una colusión con un gobierno extranjero. La diócesis, dijo, "siempre han tenido una relación directa con el Vaticano y esta debe verse como un asunto interno".
"Luego de las normas de seguridad nacional, esta relación no debe verse como 'colusión con fuerzas extranjeras'", agregó.
El Cardenal Zen dijo que la libertad religiosa en Hong Kong significa "que los asuntos de la Iglesia son manejados por nosotros mismos sin la necesidad de involucrar al gobierno".
Además, señaló el largo historial de interferencia estatal en la religión en el continente, donde se incluyen los recientes esfuerzos del gobierno para volver a traducir las escrituras para que estén más en línea con las costumbres chinas y reflejen los principios comunistas.
"Incluso su eminencia el Cardenal Tong estará de acuerdo en que no existe una verdadera libertad religiosa (en el continente), pero el gobierno niega este hecho", dijo.
Asimismo, el Cardenal Zen señaló la falta de apoyo de la Santa Sede ante los recientes acontecimientos tanto en Hong Kong como en el continente.
"No tengo idea de por qué el Vaticano permaneció en silencio, tal vez espera establecer relaciones diplomáticas con China", dijo Zen, quien también criticó el acuerdo provisional del Vaticano con China sobre la regularización y el nombramiento de obispos en el continente, que está previsto que caduque en septiembre.
Si bien los términos del acuerdo permanecen sin publicar, Zen dijo que "no podemos ver ningún beneficio" en el acuerdo para los católicos chinos, y agregó que "no hay verdadera libertad religiosa" en el continente.
"No es un trato digno", dijo.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.