La Arquidiócesis de San Luis, en Missouri (Estados Unidos), emitió el domingo 28 de junio un comunicado en defensa de una histórica estatua de San Luis IX de Francia que un grupo de manifestantes quiso remover.
"Para los católicos, San Luis es un ejemplo de un hombre imperfecto que se esforzó por vivir una vida inspirada en la vida de Jesucristo. Para los habitantes de San Luis, él es un modelo de cómo debemos cuidar a nuestros conciudadanos y un homónimo con el que debemos estar orgullosos de identificarnos", dijo la arquidiócesis el 29 de junio.
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Un grupo de activistas se congregó el 27 de junio ante la estatua, que fue nombrada "Apoteosis de San Luis", y que ha estado presente frente al Museo de Arte de la ciudad durante más de un siglo. Los líderes de las protestas pidieron la eliminación de las estatuas debido al supuesto "antisemitismo e islamofobia" de San Luis.
Numerosas estatuas de personajes históricos han sido derribadas en las últimas semanas en medio de continuas protestas y disturbios en todo el país.
Si bien algunas protestas han derribado las estatuas de figuras confederadas como parte de un llamado para terminar con el racismo sistémico, otras estatuas también han sido derribadas de lugares prominentes, incluido uno de George Washington. Varias estatuas de San Junípero Serra han sido derribadas y vandalizadas en California.
San Luis IX es el único rey de Francia en ser canonizado; la ceremonia se realizó en 1297 por el Papa Bonifacio VIII. Los exploradores franceses del siglo XVIII nombraron al nuevo puesto avanzado de comercio de pieles fundado en el río Mississippi con el nombre del santo.
San Luis participó en la séptima y octava Cruzada, pero fallecería de disentería en la última de estas. El rey creía ardientemente en la causa de la Cruzada para proteger Tierra Santa y luchó desde 1249 hasta 1254 en una campaña, en gran parte infructuosa, en lo que ahora es el territorio de Egipto.
Según una biografía, cuando Luis IX regresó de la Cruzada, resolvió "llevar una vida como un rey cristiano digno y que sea capaz de rescatar a Jerusalén algún día".
La Arquidiócesis destacó el cuidado y la preocupación de San Luis por sus súbditos, especialmente por los pobres, señalando las reformas que implementó en el gobierno francés, que se centraron en la justicia imparcial, la protección de los derechos de sus súbditos, fuertes sanciones para los funcionarios reales que abusan del poder y una serie de iniciativas para ayudar a los pobres.
San Luis alimentaría a los mendigos en su mesa real, incluso lavando sus pies, y también fundó muchos hospitales.
El administrador apostólico de San Luis, Mons. Robert Carlson, en un mensaje reciente contra el racismo, expresó su esperanza de que los llamados a la justicia racial en todo el país lleven a las personas a dejar de lado las soluciones violentas y, en cambio, se centren en las pacíficas.
También dijo que la estatua de San Luis, con su espada sostenida en lugar de atacada, es el símbolo pacífico que la ciudad necesita.
"La Arquidiócesis de San Luis se siente alentada por los vientos de cambio que se avecinan, pero cree que esta energía de cambio debe centrarse en programas y políticas que desmantelen el racismo y creen una sociedad más igualitaria para todas las razas y religiones", continúa el comunicado.
"Como católicos, creemos que cada persona, sin importar su raza, religión, antecedentes o creencias, se crea a imagen y semejanza de Dios. Como tal, todos deben ser tratados con amor, respeto y dignidad. No debemos tratar de borrar la historia, sino reconocerla y aprender de ella, mientras trabajamos para crear nuevas oportunidades para nuestros hermanos y hermanas".
Un video del 26 de junio mostró al P. Stephen Schumacher, sacerdote de la Arquidiócesis de San Luis, intentando dialogar con los manifestantes sobre el rey santo y su papel en las Cruzadas, diciendo: "San Luis era un hombre que quería usar su realeza para hacer el bien a su pueblo".
Según el St. Louis Post-Dispatch unas 200 personas estaban en la protesta el sábado 27 de junio. Los católicos que defendían la estatua en la protesta rezaron el Rosario y cantaron, mientras que los policías los separaban de los manifestantes.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.