Dos sacerdotes de la Congregación Salesiana en Argentina fallecieron por COVID-19 el 27 de junio, luego de detectarse un brote en la residencia donde vivían.
El P. Roque Cella de 86 años de edad y el P. Ismael Castelli de 81 años vivían en la Casa Zatti, del barrio Almagro en Buenos Aires.
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Ambos habrían sido contagiados por COVID-19 junto a otros 11 religiosos y 12 empleados del lugar, según lo informó la Inspectoría Salesiana "Ceferino Namuncurá", Don Bosco Argentina Sur, el pasado 25 de junio.
Al momento de conocer que una trabajadora se había contagiado, decidieron realizar un examen a todos los sacerdotes y personal del lugar.
Además de seguir los protocolos sanitarios, los casos más complejos fueron trasladados a un sanatorio.
Sin embargo, los sacerdotes Cella y Castelli fallecieron el fin de semana en la Clínica San Camilo, donde estaban internados.
A través de un audio el P. Francisco de Rito, párroco de Nuestra Señora de la Merced, de Ensenada, recordó a los sacerdotes queridos en las comunidades tanto por su labor pastoral como por su entrega.
La congregación está a cargo de la parroquia San Carlos Borromeo, la Basílica de María Auxiliadora y los colegios San Francisco de Sales y Pío IX, entre otros espacios, por lo que se decidió cerrar toda actividad en estos lugares por 15 días incluyendo el servicio de alimentación a las personas sintecho.
Antes del fallecimiento de los sacerdotes, la inspectoría alentó la oración por los religiosos y los trabajadores "a fin de que podamos transitar esto con serenidad y puedan recuperarse lo antes posible".
En la misma ciudad, el querido párroco de San Roque González en Villa Alma Fuerte (Villa Palito) de la Diócesis de San Justo, P. Basilicio Brítez, se mantiene internado en la Clínica San Camilo.
También contrajeron el coronavirus sus compañeros de trabajo pastoral de la Villa 31 del barrio Retiro, el P. Guillermo Torre de la parroquia Cristo Obrero, ya recuperado, y el P. Daniel López Solari.
Estos sacerdotes trabajan en obras que ayudan a paliar las consecuencias del COVID-19, como el hambre, en algunas de las 4.416 villas de emergencia y barrios populares detectados en el Registro Nacional de Barrios Populares.
Desde Bariloche, el P. Javier Bonán, párroco de Nuestra Señora de Las Nieves, se encuentra en cuarentena. Se informó que está con buen estado de salud. Este martes debe repetir el examen para saber si continúa contagiado.
Si bien no hay certeza, el sacerdote expresó al diario El Cordillerano que pudo haberse contagiado durante la asistencia espiritual en un hogar de ancianos de la zona donde hay trabajadores y ancianos asintomáticos.