La decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos para que la protección federal en materia de discriminación sexual incluya la orientación sexual y la identidad de género, tendrá consecuencias de gran alcance para las religiones, así como para empleadores y empleados que profesan una fe, debido a que consagra una cierta visión de sexualidad y "género" en la ley, según apuntan expertos en libertad legal y religiosa.
"Vamos a tener litigios futuros, en muchos otros casos, sobre si el principio de no discriminación o el principio de libertad religiosa triunfa sobre el otro al final del día", dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– John Bursch, director de defensa legal y asesor principal de Alliance Defending Freedom, una firma de abogados que se describe a sí misma como "una organización legal sin ánimo de lucro y de alianza que defiende el derecho de las personas a vivir libremente su fe".
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La Corte Suprema dictaminó el lunes 15 de junio que los empleadores no pueden despedir a los trabajadores debido a su orientación sexual o identidad de género autopercibida, mientras que los jueces discrepantes argumentaron que la Corte estaba legislando desde el banquillo, es decir, favoreciendo una ideología política sobre otra.
El juez Neil Gorsuch escribió la opinión mayoritaria para la Corte en una decisión de 6 contra 3, junto con el presidente del tribunal John Roberts y los jueces Stephen Breyer, Ruth Bader Ginsburg, Elena Kagan y Sonia Sotomayor. Decidieron que las protecciones contra la discriminación sexual en el Título VII de la Ley de Derechos Civiles también se aplicaban a la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género.
La decisión consideró tres casos de discriminación ante la Corte, dos de los cuales involucraron a empleados que aseguran haber sido despedidos por su orientación sexual; estos fueron: Bostock vs Clayton County y Altitude Express, Inc. vs Zarda.
Un tercer caso, Harris Funeral Homes, Inc. vs EEOC, involucró a un hombre que perdió su trabajo en una funeraria de Michigan después de someterse a una cirugía de "transición de género" y volvió al trabajo vestida de mujer; la funeraria tenía políticas de código de vestimenta específicas para cada sexo para los empleados.
Según Bursch, quien argumentó el caso de Harris Funeral Homes ante la Corte Suprema, la opinión de la mayoría "realmente abarca la visión cultural moderna de la sexualidad humana y lo que significa ser hombre y mujer", es decir, aquella que "acepta el precepto de que la sexualidad humana es realmente irrelevante".
"Realmente se trata de cómo te sientes y qué hay en tu cabeza, y lo que subjetivamente proclamas ser, tu género", explicó.
"Ese tipo de pensamiento es peligroso, no solo porque difama a quienes tienen la opinión contraria, como la Iglesia Católica, sino también porque causa un gran daño a quienes tienen esa opinión de sí mismos. Cada vez que rechazamos la voluntad de Dios para nosotros, incluidos los cuerpos que nos dio, suceden cosas malas", agregó.
Bursch dijo que la opinión mayoritaria cree que el hecho de desaprobar las decisiones tomadas en relación con la orientación sexual o la identidad de género es "incorrecto" o "discriminatorio" u "odioso".
"Si las personas comienzan a asimilar eso y empiezan a estar de acuerdo con eso, y la ley dice 'pero hay una excepción para las creencias religiosas', comenzarán a pensar que esas creencias religiosas son odiosas, que son discriminatorias, que son intolerantes", dijo.
"El arco de la historia muestra que cuando tienes algo que la sociedad considera intolerante y odioso, no dura mucho. Y la mayoría de las veces eso es bueno", agregó.
Sin embargo, predijo que este punto de vista continuará llevando a algunos a castigar a la Iglesia Católica y los puntos de vista católicos sobre la sexualidad como "odiosos e intolerantes".
Las Iglesias mismas están exentas de la legislación del Título VII, pero los empleadores con motivaciones religiosas no tienen la misma protección. Bursch espera que la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa "ciertamente ayude" a dichos empleadores, pero no está claro qué tan seguros estarán.
Los obispos estadounidenses también fueron críticos. El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Mons. José Gomez, dijo el 15 de junio que está "profundamente preocupado" porque el tribunal "redefinió efectivamente el significado legal de 'sexo' en la ley de derechos civiles de nuestra nación".
"Esta es una injusticia que tendrá implicaciones en muchas áreas de la vida", dijo, expresando preocupación porque la opinión de la Corte borró "las hermosas diferencias y la relación complementaria entre el hombre y la mujer".
"Toda persona humana está hecha a imagen y semejanza de Dios y, sin excepción, debe ser tratada con dignidad, compasión y respeto. Proteger a nuestros vecinos de la discriminación injusta no requiere redefinir la naturaleza humana", agregó.
Tom Venzor, director ejecutivo de la Conferencia Católica de Nebraska, se hizo eco del Arzobispo de Los Ángeles.
"La enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad y la persona humana está y siempre ha sido motivada por el amor", dijo.
"Los que sienten que tienen el cuerpo equivocado o se sienten atraídos por personas del mismo sexo, no son expulsados por la Iglesia. La Iglesia los abraza, busca comprender su dolor y sufrimiento, y les ofrece una forma de autocomprensión, curación y paz. Esto no lo ofrece el movimiento de autonomía corporal que ha ganado tanta popularidad en las últimas décadas. Independientemente de cualquier decisión de la Corte Suprema, seguirá siendo una misión de la Iglesia, institucional e individualmente, en la Misa y en nuestras conversaciones, en público y en privado", acotó.
El caso de la Corte Suprema podría tener consecuencias para los empleados cristianos.
Los empleados con puntos de vista cristianos tradicionales sobre el matrimonio y la identidad de género podrían ser percibidos por sus empleadores como un "absoluto" riesgo de responsabilidad, porque crearían un ambiente de trabajo hostil que sea sexualmente discriminatorio, dijo Bursch.
"Si tuviste un empleado católico que, durante una conversación en el comedor se le preguntó cuáles eran sus puntos de vista sobre la identidad de género y le explicaron la hermosa Teología del Cuerpo de Juan Pablo II, la comprensión de la Iglesia sobre lo que significa ser creado hombre y mujer, y abrazar su identidad en Cristo y no cualquier identidad que desee expresar, se podría considerar que allí se creó un ambiente hostil para un empleado que se siente amenazado por ese lenguaje y no está de acuerdo con el mismo. Ahora, de repente, ese empleado católico está ahora en el patíbulo", dijo.
Bursch aseveró que "allí también vamos a tener conflictos y diferencias de libertad religiosa que tendrán que ser litigadas en los tribunales", y que "lejos de resolver cualquier problema, esto abre la caja de Pandora en los próximos 20 años de casos judiciales".
Bursch citó el caso del ex jefe de bomberos de Atlanta, Kelvin Cochran, quien fue nombrado Administrador de los Bomberos de los Estados Unidos por el presidente Barack Obama antes de trabajar como jefe de bomberos de Atlanta. Fue despedido después de escribir un libro en el que defendía los puntos de vista cristianos sobre el sexo.
Bursch dijo que el caso de Cochran fue "particularmente aterrador para mí porque involucra conductas no laborales".
Según Bursch, la ciudad de Atlanta consideró las opiniones de Cochran intolerantes e inoportunas en el lugar de trabajo y lo despidió. Aunque la demanda de Cochran terminó en un acuerdo, el enfoque de la ciudad probablemente será utilizado por otros, dijo Bursch.
Algunas compañías circulan encuestas preguntando a los empleados si son "aliados" LGBT. Esto puede llevar a un empleado a preguntarse si esto significa respaldar el matrimonio entre personas del mismo sexo y la ideología de género de manera que entre en conflicto con su creencia religiosa, y responder "no".
"Te están configurando entonces porque podrías ser castigado en el futuro por no participar en el programa y crear un ambiente hostil", advirtió Bursch.
"Esto no es hipotético, vamos a ver más de esos casos avanzar. El objetivo de quienes impulsan esta agenda es nada menos que destruir la Iglesia y evitar que todos hablen públicamente sobre esos temas", agregó.
Venzor sugirió que los dueños de negocios sufrirán una gran incertidumbre a raíz de la decisión, dado que la jurisprudencia está cambiando rápidamente.
"Los dueños de negocios deben poder esperar previsibilidad de la ley y los tribunales, y no cambios radicales de la noche a la mañana en lo que la ley espera de ellos como participantes en el mercado libre", dijo.
El juez Neil Gorsuch, escribiendo para la mayoría de la Corte, reconoció las preocupaciones de los empleadores sobre las consecuencias que la decisión judicial tendrá para la libertad religiosa. Las organizaciones religiosas y los empleadores tienen ciertas protecciones contra demandas de discriminación bajo la Primera Enmienda y la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa (RFRA), dijo sobre la decisión.
Sin embargo, la libertad religiosa sería una cuestión de consideración futura, ya que "ninguno de los empleadores que tenemos ante nosotros hoy en este Tribunal declara que el cumplimiento del Título VII infringirá sus propias libertades religiosas de ninguna manera", escribió Gorsuch.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.